Thomas Khonstamm, escritor de viajes, alabó restaurantes tras lograr los favores sexuales de sus camareras, escribió sobre un país en el que no había estado y vendió drogas para pagar travesías que debería haberle pagado su editorial, nada menos que Lonely Planet, quizá la más prestigiosa de las guías turísticas. Lo cuenta en su libro, llamado ¿Van los escritores de viajes al infierno? Aunque aún no está en las librerías (saldrá el 22 de abril), el ejemplar ya ha provocado que la editorial revise los ejemplares en los que ha colaborado, sobre Brasil, Chile, Venezuela, Colombia y el Caribe. "La camarera me dice que vuelva cuando el restaurante esté cerrado", narra sobre su trabajo en Brasil. "Acabamos teniendo sexo en una silla y después sobre una mesa. Esa actuación hizo que fuera descrito como sorpresa ´agradable´ donde el servicio es ´muy amistoso´".