En plena discusión sobre la nueva ley de propiedad intelectual, Enrique Urbizu (Bilbao, 1962), presidente de Dama (Derechos de Autor en Medios Audiovisuales), lucha por el reconocimiento de estos profesionales. También da clases de puesta en escena y dirección en la Universidad Carlos III. Y cuando encuentra dinero, dirige sus propias películas.

--¿Está en paro?

--No, tengo dos guiones en busca de financiación y pendiente de estreno un capítulo de terror para televisión (Adivina quién soy ) que rodé el año pasado.

--¿Le persigue el thriller?

--O le persigo yo a él. Es cierto que tengo especial predilección por el género, que permite comentar el mundo o descubrir algunas lindezas ocultas.

--¿Y quién contó mejor las historias negras?

--Bufff. Infinidad. Pon que Fritz Lang, el maestro.

--Marbella es un filón para guionistas.

--Y también el estado de la economía sumergida en el mundo o cualquier costa con posibilidades turísticas: es un filón para la corrupción.

--Ahora parece que se acaba el terrorismo. ¿Es momento de rodar las películas que no se rodaron?

--Es pronto aún. Hay que ver en qué queda esa realidad para que la convivencia sea algo cotidiano, pero será muy difícil de reparar. Son años de violencia, de silencio, de dolor. Falta una generación para que se pueda contar algo de lo que ha ocurrido.

--Estudió publicidad ¿Qué se le pegó de ella a su cine?

--Un cierto manejo de un lenguaje cinematográfico; poco más.

--¿Un director es su éxito último, como dicen en América?

--Así me va. Pero bueno, ese es un baremo económico, que no dice del valor de un cineasta.

--¿Es director de actores o de películas?

--No se puede ser director de cine sin ser director de actores. Los actores son lo fundamental.

--Escribió el guión de La novena puerta, de Polanski. ¿Qué le dijo él?

--Fue un encargo y cumplí. Me encontré tres veces con Polanski, especialmente en una cena en la que me dijo que le había gustado lo que escribí. Era mi primer trabajo como guionista y desaparecí en cuanto terminé. Pero estoy orgulloso de lo que hice.

--¿Puede hacer 70 tomas de una secuencia?

--Me gusta la primera y la segunda. No me gusta repetir. Voy rápido rodando.

--¿El mejor plano es el que no se distingue?

--Una buena película no es un conjunto de buenos planos. Es más importante el todo que las unidades.

--¿Mira en planos?

--Sí. Me fijo en las gentes o, ahora que he paseado por la parte vieja de Cáceres, me planto allí y pienso cómo podría rodar con espadachines, o veo el pedazo de decorado de la plaza o el camarero que sirve un café. Es la idea de cine y vida. Si uno quiere hacer cine tiene que interesarse por la vida alrededor. Renoir lo decía: "El cine me viene de la observación de la vida".