¿Cómo están ustedes?. A la mayoría de las personas, jóvenes y mayores, les suena esta popular frase pronunciada por el famoso trío de payasos españoles --Fofó, Gaby y Miliki-- que tan feliz hizo a miles de niños durante décadas. Pues bien, los más nostálgicos pueden revivir esa etapa este fin de semana gracias al espectáculo que Rody Aragón, hijo del legendario Fofó, presenta este fin de semana en Mérida. El show circense, que podrá verse hasta el domingo en la plaza de toros, se compone de dos partes, una de números tradicionales (altura, equilibrio, contorsión, lanzamiento de cuchillos o payasos) y una segunda que se constituye en un homenaje a Fofó. "Los padres que lo están viendo se vuelven niños", comenta Rody.

Según el presentador y humorista, algunos le dan "las gracias por haberles trasladado a aquella etapa tan bonita que vivieron de pequeños". En la segunda parte, cargada de emotividad, los asistentes podrán disfrutar de imágenes inéditas de Fofó en televisión.

Mientras tanto, Rody sale al escenario con el último gorro que lució en escena su padre y la camiseta roja característica del grupo. A partir de ahí, se inicia un momento muy participativo, de interacción con el público. "Me voy a cantar a la grada y hay un concurso de canciones como los de antaño", añade. "Los niños también se quedan alucinados con el espectáculo", prosigue, puesto que por unas horas "conseguimos sacarlos de un mundo frío de videoconsolas y ordenadores para adentrarlos en algo más real".

La compañía lleva más de cuatro años de gira. Partieron desde Madrid, donde permanecieron ocho meses, y han recorrido innumerables municipios y ciudades del país. "No hemos repetido lugar", precisa, lo que es señal del éxito que rodea al espectáculo. Preguntado por las dos caras de la moneda en el mundo del circo, destaca como positivo el agradecimiento y las carcajadas del público y como negativo las dificultades que entraña la vida nómada. Viajar constantemente con la casa a cuestas, las temperaturas extremas o montar la carpa son algunas de ellas. Pese a todo, "el artista del circo no quiere vivir otra vida, le encanta esta", subraya.

Reconoce que "se ha perdido la expectación que generaba el circo cada vez que llegaba a un pueblo" pero no considera que haya decaído la tradición circense. "Es como una empresa, hay algunos que funcionan bien y otros no" y, en este sentido, es fundamental el trato con el público. Tampoco cree que la figura del payaso esté denostada. A su juicio, el profesional que se dedica a esto y es bueno está muy demandado. La prueba de ello, es que todavía perduran en la memoria de muchos canciones como Había una vez un circo o Cómo me pica la nariz . Un repertorio que sonará este fin de semana en Mérida de la mano de Rody Aragón.