Amparo Alarcón no olvidará el 22 de diciembre deL 2016 porque repartió buena parte del segundo premio de la lotería. Pero tampoco el 21 de noviembre deL 2016, es decir, un mes y un día antes, porque ese día se convirtió en la nueva propietaria de la administración de lotería del Centro Comercial El Saler de València. Ahí llevaba trabajando ya casi dos décadas.

“Llevo aquí 19 años, desde el primer día que se abrió. Las primeras llaves fueron las mías”, cuenta emocionada. Pero desde hace unos meses su trabajo peligraba porque sus jefes, con dos locales más en el centro comercial, querían deshacerse de la administración. Hubo una primera oferta que los dueños rechazaron y que podía haberle dejado en el paro y, en ese momento, Amparo dio el salto y presentó su propuesta. Hace un mes firmaron el traspaso y este jueves su nuevo negocio ha recibido un bautismo incalculable. “Esta publicidad no se paga”, reconoce.

19 MILLONES DE EUROS

En todo su tiempo como empleada, esta administración apenas habían dado un premio importante, aunque nada que ver con el que se ha estrenado Amparo como propietaria. Fue un primero de un sorteo ordinario de un sábado. “Repartimos 500 millones, pero cuando aún era en pesetas”, aclara. Ahora han sido casi 19 millones de euros,15 series completas. Más de seis veces más. Todo en ventanilla y durante el verano, lo que le lleva a pensar a que además de compradores habituales del hipermercado que tiene enfrente también habrá hecho millonarios a bastantes turistas que se refugiaron del calor en este centro comercial tras visitar la Ciutat de les Arts i les Ciències.

Como además de trabajadora es dueña, tras conocer que había repartido el premio decidió cerrar sin consultar a nadie. Ya no tiene jefes. También ha colgado un par de carteles. El amarillo advierte de que hoy no se pagan los décimos premiados y el segundo, en blanco y más grande, recuerda que han venido el 0.4536, el segundo premio de la lotería, y ese número seguro que tampoco lo olvidará. Eso sí, ella no llevaba ningún décimo, así que le tocará seguir trabajando, pero ya en su propio negocio y con muchos ojos puestos en su buena suerte.