Un ambicioso plan de recuperación compite por un premio de 71 millones de euros. Si Robin Hood existiera y acabara de asaltar un camión blindado repleto de dinero lo más probable es que intentara escapar a través del bosque, ayudándose de la vegetación espesa, de las posibilidades de camuflaje y de la sombra de los robles centenarios, pero al contrario de lo que solía pasar, el sheriff de Nottingham no tendría ahora demasiados problemas para atraparlo; no habría vegetación espesa, camuflarse sería casi imposible y los árboles centenarios brillarían por su ausencia. En otras palabras: la leyenda del buen ladrón sería impensable en estos tiempos. El bosque de Sherwood, personaje secundario del mito, escenario que arropaba al héroe de los pobres, ya no es el inmenso y enrevesado laberinto que en el siglo XIII amilanaba a los malvados. Disminuido y perjudicado, no resulta exagerado decir que ahora es un bosquecito de nada.

Pero podría dejar de serlo, o al menos recuperar una parte del esplendor de otros tiempos. Un ambicioso plan de recuperación compite con otros tres proyectos solidarios para llevarse los 50 millones de libras (unos 71 millones de euros) que otorgará en diciembre el organismo de loterías británico. Ganará el proyecto que más votos de los espectadores obtenga durante una gala de televisión que tendrá lugar a principios del mes próximo. "Es una oportunidad única para darle nueva vida al bosque", declaró el director de la Comisión de Conservación Forestal de los East Midlands, el condado al que pertenece el bosque milenario.

De las 40.000 hectáreas que conformaban el Sherwood actualmente no quedan sino 180. Durante siglos el bosque fue devastado, primero para surtir de madera la industria naval británica y más tarde para ampliar las fronteras agrícolas, explotar los recursos de carbón y dar paso al crecimiento de las dos grandes ciudades de la zona: Sheffield y Nottingham.