Solemos decir que la violencia de género comienza a visualizarse a partir del asesinato de Ana Orantes, fue entonces también cuando una parte de la sociedad comenzó a tomar conciencia de la gravedad del problema. Esto no debe hacernos olvidar que éste es un problema congénito desde el principio de la humanidad, el hombre se sintió superior a la mujer, y la utilizó y la sometió en su beneficio. La sociedad actual, más moderna e igualitaria ha levantado, en países desarrollados como el nuestro, la bandera de la indignación y la justicia para acabar con esta situación.

Se aprobaron leyes y normas, se dotó a los cuerpos de seguridad del Estado y a los juzgados de medios, insuficientes, a las administraciones públicas de recursos económicos, también insuficientes. Aun así la lacra no cesa, cada día mujeres e hijos son asesinados vilmente por hombres sin conciencia, ni escrúpulos.

Si para los socialistas la igualdad ha sido nuestra seña de identidad, la igualdad de género lo es de una manera especial.

Ya Pablo Iglesias fundador de nuestro partido, decía que para ser socialista, antes había que ser feminista. Esta condición la hemos venido demostrando a lo largo de la historia, en los últimos 40 años de democracia, ya en las primeras elecciones municipales de 1979 aparecían las primeras concejalías, primero de mujer y luego de igualdad en aquellos Ayuntamientos que gobernábamos los socialistas.

La llegada del Gobierno de Felipe González a la Moncloa supuso la aprobación de numerosas iniciativas para la igualdad entre mujeres y hombres, cabe destacar aquellas en materia de acceso al trabajo o a las pensiones no contributivas.

Pero fue durante el Gobierno de Rodríguez Zapatero cuando más se legisló y más recursos humanos y económicos se pusieron a disposición de las administraciones y asociaciones que trabajan para la eliminación de la violencia contra las mujeres.

La aprobación por las Cortes Generales de la Ley de Igualdad de Género en 2004 supuso un antes y un después para nuestra sociedad en esta materia. Fue el gobierno del Partido Popular, con su presidente Rajoy a la cabeza, el que infringió los recortes más duros en esta materia tan necesitada de recursos, y no solo fueron recursos humanos y económicos, también algo tan importante como la educación en valores desapareció de nuestras aulas.

En los últimos meses todos los grupos políticos del Congreso y Senado hemos llegado a un acuerdo aprobado por unanimidad, por ambas cámaras, conocido como el Pacto de Estado contra la Violencia de Género.

Este Pacto de Estado conlleva, entre otras cosas, destinar a través de los Presupuestos Generales del Estado 1.000 millones de euros en los próximos 5 años para la prevención de la violencia de género y la atención a las víctimas. La distribución de esa cantidad supone 100 millones de euros para los Ayuntamientos, 500 millones para las Comunidades Autónomas y 400 millones para las Administraciones del Estado.

Ante la poca confianza en el actual Gobierno de España en cuanto al cumplimiento de sus compromisos, los grupos socialistas del Congreso y el Senado presentamos sendas iniciativas parlamentarias. En estas iniciativas exigimos al Gobierno que, con independencia de la aprobación o no de presupuestos para 2018, promulgue el correspondiente Decreto Ley que posibilite la incorporación de los 200 millones de euros correspondientes a la próxima anualidad.

Ambas Cámaras aprobaron las iniciativas y en la actualidad nos encontramos a la espera de que el Gobierno dé cumplimiento a los acuerdos adoptados.

Pero todo esto sería insuficiente si todos los hombres y mujeres, sobre todo los hombres, no nos implicamos y nos comprometemos partiendo de la idea de creer que la igualdad de género es posible y que el día que esté conseguida no existirán estos crímenes tan atroces.