El copiloto alemán que estrelló el avión de Germanwings en los Alpes franceses la semana pasada confesó a la escuela de vuelo de Lufthansa, en el 2009, que había sufrido un "período de depresión grave", según documentación de la aerolínea enviada a la fiscalía de Düsseldorf. La declaración resulta potencialmente dañina para Lufthansa --matriz de Germanwings-- y su presidente, Carsten Spohr, quien la semana pasada dijo que la aerolínea no conocía ningún motivo por el que Andreas Lubitz, de 27 años, hubiera podido estrellar deliberadamente el avión.

El hecho de que los empleados de Lufthansa fueran conocedores de que Lubitz sufría de depresión pone en cuestión el proceso de selección de pilotos de la compañía y agranda la amenaza de acciones legales por parte de familiares de las víctimas.

Lufthansa dijo que Lubitz interrumpió su entrenamiento de piloto durante varios meses, pero luego superó todos los controles médicos que confirmaban su aptitud para volar. Antes, al reanudar su formación, proporcionó a la escuela de pilotos los documentos médicos sobre su "depresión grave".

"Para asegurar unas aclaraciones rápidas y continuas, Lufthansa --matriz de Germanwings-- y su presidente, Carsten Spohr, quien la semana pasada dijo que la aerolínea no conocía ningún motivo por el que Andreas Lubitz, de 27 años, hubiera podido estrellar deliberadamente el avión.

El hecho de que los empleados de Lufthansa fueran conocedores de que Lubitz sufría de depresión pone en cuestión el proceso de selección de pilotos de la compañía y agranda la amenaza de acciones legales por parte de familiares de las víctimas.

Lufthansa dijo que Lubitz interrumpió su entrenamiento de piloto durante varios meses, pero luego superó todos los controles médicos que confirmaban su aptitud para volar. Antes, al reanudar su formación, proporcionó a la escuela de pilotos los documentos médicos sobre su "depresión grave".

"Para asegurar unas aclaraciones rápidas y continuas, Lufthansa tras investigaciones internas ha remitido documentos adicionales a la Fiscalía de Düsseldorf, en concreto documentos médicos y de formación", dijo la compañía en una nota. El consorcio asegurador de Lufthansa habría ya reservado 300 millones de dólares (279 millones de euros) para indemnizar a las familias de los 149 pasajeros del vuelo siniestrado.

Sobre el terreno, los equipos de rescate han finalizado la búsqueda de restos de las víctimas. "Hemos recuperado todos los cuerpos", dijo el teniente coronel Jean-Marc Menichini. Este portavoz añadió que los investigadores siguen buscando la segunda caja negra del avión.

La identificación de todas las víctimas podría terminar de aquí al fin de semana, anunció el presidente francés, François Hollande, en una rueda de prensa en Berlín junto a la cancillera Angela Merkel. Hollande explicó que ello es posible "gracias a las muestras de ADN y al trabajo científico excepcional" que están realizando los especialistas desplazados a Seyne Les Alpes.

"Las familias, para quienes ya es muy duro vivir estas jornadas, podrán así hacer su duelo", agregó Hollande. Hasta ahora, se han enviado unas 400 muestras de restos biológicos al Instituto de Investigación criminal de la Gendarmería Nacional, cerca de París.

Por otra parte, la revista francesa París Match y el diario alemán Bild explicaron que habían visionado un vídeo grabado con un teléfono móvil, hallado entre los escombros, en que se ve y escucha lo ocurrido a bordo del avión antes de estrellarse. La escena es, al parecer, tan caótica que resulta difícil identificar a nadie pero los gritos de los pasajeros desvelan que eran perfectamente conscientes de lo que iba a ocurrir. Se oye gritar "Dios mío" en varios idiomas. También se oyen, al menos tres veces, golpes metálicos que confirman que el piloto intentó abrir la puerta de la cabina con un objeto pesado. Hacia el final, tras una sacudida más fuerte, los gritos se intensifican. Y luego, nada más.