A Luis Rosales se le empezó a mostrar su vocación poética apenas matricularse en la Universidad de Granada, y paralelamente trabó amistad con García Lorca perteneciendo al racimo de discípulos del gran exponente de la Generación del 27. Joaquín Amigo, Luis Jiménez Pérez y Manuel López Banús también formaron su círculo amistoso. Eran todos jóvenes poetas con mucho futuro por delante.

Rosales y su terna crearon la revista El gallo , de corte vanguardista en la estética granadina. También publicó sus primeros versos en la revista Los cuatro vientos , y en 1935 aparece su primer libro de poemas Abril , inspirado en la relación amorosa que tuvo con una compañera de facultad.

La casa encendida , que se entrega mañana con el ejemplar de EL PERIODICO EXTREMADURA, es una profesión de fe para el autor. La escribió en su etapa más humanizada y con un tremendo acierto al aplicar las técnicas de la poesía surrealista al servicio de sus propias experimentaciones.

Del libro en cuestión emana una metáfora central, y ésta es la de la casa, que representa el lugar desde donde escribe el poeta y el que guarda su experiencia. Así, las habitaciones son representaciones de los aspectos claves de su vida, que Rosales ilumina al tiempo que los representa.

Pero la obra de Luis Rosales desprende otros títulos de peso, fundamentales en la literatura contemporánea, tales como El contenido del corazón (1969), Segundo abril (1972), Canciones (1973), Como el corte hace la sangre (1974), Diario de una resurrección (1979), La carta entera (1980), Un rostro en cada ola (1982) y Oigo el silencio universal del miedo (1984). Rosales sostenía que "la poesía consiste en una nueva revelación de la vida, de nuestra vida".