El aniversario de la primera huella humana sobre la superficie de la Luna está haciendo que el mundo mire hacia el satélite con cierta nostalgia. Lo cierto es que, medio siglo de aquella hazaña histórica, el futuro de la exploración espacial vuelve a fijar sus objetivos en el cuerpo celeste donde empezó todo. Hasta la Luna y más allá. Y es que en los nuevos planes de conquista del universo se prevé que el suelo lunar se convierta en la primera parada hacia destinos mucho más lejanos, como Marte.

"La misión 'Apolo' triunfó porque fue una gran historia de desafíos y héroes. Ahora, si queremos volver a la Luna, deberemos construir nuevas historias adaptadas a estos tiempos", reflexiona Eduardo García Llama, ingeniero en el Johnson Space Center de la NASA y autor de 'Apollo 11', un libro sobre la histórica misión. "Volveremos a la Luna, pero con un nuevo relato. Todo apunta a que será una astronauta la primera en volver a pisar el suelo lunar. No habrá misiones cada año, ni el objetivo será el mismo que entonces. Tenemos la tecnología necesaria, solo falta un objetivo que justifique la misión y nuevo incentivo que haga despegar a estos proyectos", concluye el experto.

Los proyectos para volver a la Luna destacan entre los grandes planes de agencias espaciales y empresas del sector. Ahora, a diferencia de lo que ocurría durante la guerra fría, ya no es una carrera de dos. Estados Unidos, Rusia, China, India y Europa planean volver al suelo lunar en esta década. Pero también lo anhelan empresas como Space X, Boeing y Airbus o iniciativas privadas como la israelí Beresheet. Por el momento, a falta de concretar si la nueva carrera espacial seguirá siendo una competición o podría convertirse en un ejercicio de cooperación, el objetivo fijado para volver a la Luna es el 2024.

DESTINO ESPACIAL

Todo apunta a que el regreso a la Luna será tan solo la primera parada para seguir explorando el cosmos. El proyecto 'Moon to Mars' plantea establecer una base permanente en el suelo lunar que sirva de punto de anclaje entre la Tierra y el resto del universo. El proyecto serviría de pretexto para seguir desentrañando los misterios del satélite terrestre, probar nuevas tecnologías y abrir la puerta a una nueva 'economía lunar'. Asimismo, también se prevé que esta base sirva de 'estación de servicio' o 'gasolinera' en la que repostar combustible de camino a Marte.

La Luna también se convertirá en protagonista indirecta de otro de los grandes proyectos de exploración espacial: el conocido como 'Portal del Espacio Profundo' (o 'Deep Space Gateway'), la primera estación espacial que orbitará alrededor del satélite. Este ambicioso proyecto internacional servirá como punto inicial para testar las tecnologías terrestres de cara a futuros desafíos en la exploración del cosmos. Algunos de los nombres que más suenan en toda esta constelación de iniciativas son los proyectos 'Artemis' y 'Orión', que recogen el legado de la misión 'Apolo 11' en forma de referencia mitológica.

El entusiasmo actual recuerda, en cierta manera, al de los primeros años de la carrera espacial. Eso sí, con importantes matices. "La diferencia es que esta vez son las empresas privadas las que están desarrollando tecnologías espaciales", explica Stuart Clarke, uno de los mayores expertos en divulgación astronómica. "Las grandes agencias podrían comprar componentes de estas empresas, que ya destacan por la creación de productos de alta calidad, para reducir el coste de la misión. La NASA, por ejemplo, argumenta que ahora mismo su mayor obstáculo es el vehículo de aterrizaje lunar, pero BlueOrigin de Jeff Bezos afirma que ya ha empezado a trabajar en ello", comenta Clarke.

CAMINO HACIA MARTE

Los futuros proyectos de exploración espacial contemplan a la Luna como el primer paso hacia Marte. Si hace 50 años pisar el suelo lunar era el objetivo, ahora se ha convertido en un trampolín para algo mucho más ambicioso. "Hay quienes creen que el camino a Marte es directo y quienes consideran que hay que parar en la Luna. Sea como sea, todo lo que aprendamos durante este camino servirá para consolidar el éxito de la misión", comenta Llama, quien también forma parte del equipo del Programa Orión, la futura nave tripulada que asfaltará el camino entre Tierra, Luna y Marte.

"El salto entre la Luna y Marte es descomunal, tanto en magnitud como en capacidad. Por eso mismo tenemos que volver a conquistar el suelo lunar antes de atrevernos con el marciano. Necesitamos investigar cómo funcionan los sistemas de subsistencia, energía y alimentación en entornos relativamente cercanos antes de aventurarnos en el planeta rojo", argumenta Llama, que defiende que nada, ni la futura conquista de Marte, será comparable con la emoción suscitada por la primera huella del ser humano en un cuerpo celeste diferente al que había nacido. "El éxito del alunizaje es conceptualmente irrepetible", zanja el experto.