Si supiera Lorca que su querida Luna no es tan despiadada como él la retrataba... Lo que para el poeta simbolizaba la muerte, podría haber sido hogar de vida. Un reciente estudio liderado por investigadores de la Universidad Estatal de Washington y la Universidad de Londres y publicado en la revista Astrobiology, apunta que hubo un periodo en que nuestro satélite reunió las condiciones necesarias para ser habitable. Es decir, hace millones de años la Luna pudo albergar formas de vida simple.

Los investigadores definen dos «ventanas temporales» en las que la vida lunar pudo haber florecido. En primer lugar, justo tras la formación del satélite hace 4.000 millones de años. Y más adelante, en su etapa de intensa actividad volcánica ocurrida hace unos 3,5 mil millones de años. Durante estas periodos, la Luna habría albergado grandes cantidades de gases volátiles sobrecalentados, como es el caso del vapor de agua, que posteriormente se habrían podido condensar en agua líquida sobre la superficie lunar. Todo ello bajo el amparo de «una atmósfera lo suficientemente densa como para mantenerla allí durante millones de años» y un «campo magnético que podría haber protegido formas de vida en la superficie de los vientos solares».

«Si un agua líquida y una atmósfera significativa estuvieron presentes en la Luna temprana durante largos periodos de tiempo, creemos que la superficie lunar habría sido al menos transitoriamente habitable», explica Schulze-Makuch, astrobiólogo de la Universidad Estatal de Washington y autor detrás del recién publicado estudio. Un hallazgo que plantearía líneas de estudio sobre la posible vida lunar.

NO ES TAN SECA / Si hasta ahora siempre habíamos pensado en la Luna como un lugar inerte es, en gran parte, por su árido suelo rocoso. Un cuerpo celeste que, como lo veía Lorca, podía verse como un cuerpo sin vida ni alma. Sin embargo, según apuntan los astrobiólogos y autores de este nuevo estudio, Schulze-Makuch y Crawford, el satélite terrestre «no está tan seco como se pensaba anteriormente», lo que abriría nuevas posibilidades para el estudio de la «vida lunar». Este nuevo planteamiento se basa en los resultados obtenidos tras las recientes misiones espaciales realizadas en la Luna, tras las cuales se han podido analizar directamente muestras de roca y constatar la presencia de hielo en el suelo de satélite. Algo que, tan solo unos años antes, se habría considerado como del todo imposible.

Hace casi una década, en los años 2009 y 2010, la NASA anunció el descubrimiento de trazas de hielo en la Luna. Algo que, además, aportaba «una fuerte evidencia de la presencia de una gran cantidad de agua en el manto lunar que probablemente se depositara en etapas tempranas de la formación de la Luna».

¿Pero cómo habría podido florecer la vida en la Luna? Los astrobiólogos Schulze-Makuch y Crawford plantean la posibilidad de que la vida lunar surgiera a raíz de un fuerte impacto. En un momento en que el sistema solar estaba inundado por las colisiones de enormes meteoritos es posible que un cuerpo celeste cargado de vida terrestre impactara directamente contra la Luna. Algo que podría haber propiciado la presencia de vida en el satélite.

En este sentido, la vida lunar podría haber salido de la Tierra, viajado por el espacio y aterrizado en la Luna tras un impacto. Una hipótesis que los investigadores consideran plausible para explicar el cómo pudo florecer la vida lunar durante estas etapas. El estudio apunta que estaríamos hablando de formas de vida simple como las cianobacterias, que hace 3,5 y 3,8 mil millones de años habrían poblado la Tierra. Según apunta Schulze-Makuch «podría haber habido microbios en las piscinas de agua de la Luna».