Amalia Barbero, Lya en el escenario, es cordobesa y este año cumplirá 24 años. Nunca ha cantado en Extremadura, aunque esta tierra forma parte de su carrera porque fue en un estudio de Llerena donde grabó sus primeras maquetas con Manuel, vocalista de la banda Los Alienígenas. Ahora ya puede presumir de haber sacado a la calle su primer disco que, titulado Un pellizco de tu voz , ha sido apadrinado por Alejandro Sanz, responsable de que su voz suene más lejos.

"Ha sido mi padrino", explica la artista, que empezó a los seis años con la canción española y que luego se aficionó al "flamenquito", como ella dice con un marcado acento andaluz. De su talento saben bien el bailarín Joaquín Cortés, al que acompañó como cantaora en sus espectáculos, y Pastora Soler, con la que compartió gira.

Pero su momento de suerte llegó durante la grabación del programa La Batalla de los Coros , de Cuatro, en el que probó con éxito en Valencia de Alcántara. Aunque en un principio la seleccionaron para el coro de Extremadura, finalmente formó parte del de Andalucía porque los ensayos estaban más cerca de casa. Una grabación del rodaje del programa llegó hasta Alejandro Sanz, que no dudó en llamarla para proponerle grabar un disco. "Escuchó el vídeo que le mandaron a través de un móvil y contactó conmigo. No me lo podía imaginar", recuerda la joven, a la que le abrió la puerta del éxito un amigo. Desde ese momento, Lya se convirtió en luz musical para el madrileño.

Luego llegó la grabación del álbum, con 11 temas de los que cuatro están compuestos por la cordobesa, que alternó en los estudios en su ciudad y Madrid hasta hacer realidad su sueño. "Alejandro ha estado en cada detalle del disco. Le enviaba pruebas por internet cuando él estaba en Miami", recuerda la cantante, que ya ha sido telonera en sus conciertos, aunque nunca hayan llegado a cantar juntos.

Buenas experiencias

De todo lo que le ha pasado en estos años, Lya asegura que "han sido experiencias buenas que le han ido puliendo como artista y como persona". Del disco explica que propone "un sonido fresquito para jóvenes y mayores, para los que les guste el pop o el flamenco". Del contenido, detalle que tiene "canciones que llegan a todo el mundo. Alegres porque a veces estás triste y las necesitas. También las hay para desahogarse y llorar", añade.

Ilusionada con que sus letras puedan hacer que la gente se identifique con lo que dicen, la artista está convencida de que las canciones que valen permanecen para siempre. Asegura que si le dieran una varita mágica acabaría con el cáncer que se llevó hace meses a su tía, el hambre o la guerra. Sus sobrinos la llaman "tita Lya", de ahí su nombre artístico. Alejandro Sanz vio luz en su manera de cantar.