Es guapa, lo sabe y se lo cree. A sus 47 años, Andie MacDowell pasea orgullosa su belleza y se siente representante de "todas las mujeres de una cierta edad que siguen viéndose atractivas". Ese es el papel que representa en los anuncios de cosméticos: el de llevar los años con "dignidad" y aprovechar la libertad de "no tener que dar cuentas a nadie".

La actriz de Sexo, mentiras y cintas de vídeo está orgullosa de su carrera como modelo y, sobre todo, como actriz, oficio por el cual es la invitada de honor en la Mostra de Cinema de Valencia, inaugurada ayer.

Le gustan sus interpretaciones en las comedias románticas que le dieron fama y fortuna, pero se siente satisfecha de haberlas compaginado con la crianza de sus tres hijos.

"Ahora estoy volviendo a concentrarme en mi carrera", asegura, porque "el mayor ya está en la universidad". Es el momento en que los papeles que le ofrecen "son mejores, más difíciles e inteligentes".

No le gusta que la identifiquen con el prototipo de la mujer blanca de clase alta que emana de su aspecto distinguido.

La actriz reivindica su origen "de clase media" y las dificultades familiares que, "con 15 años", la obligaron a ponerse a trabajar para mantener a una madre divorciada y alcohólica: "Hubo un tiempo en que fui pobre".

MacDowell prefiere eludir la política. "No me gusta hablar de lo que no sé", se excusa cuando se le pregunta por la actuación de Bush en la crisis de Nueva Orleans. Se siente más cómoda con la caridad y es una activa "recaudadora de fondos" para las víctimas del Katrina. MacDowell piensa que la imagen de su país se distorsionó porque "sólo se mostraron los dramas".

BODA DE CRISTAL El serial del ministro austriaco de Finanzas, Karl Heinz Grasser, y Fiona Swarovski, heredera del imperio de los cristales, anda entretenido.

El enlace matrimonial, que se celebrará el próximo día 22 de este mes, tendrá un invitado extra: según publicó ayer la revista News, Swarovski (de 40 años y madre de tres niños) está embarazada.

ROMANCE A HURTADILLAS Todavía no hay confirmación de los portavoces --que en estos casos es algo así como un certificado de autenticidad--, pero el último parte sentimental de Hollywood habla de que el actor Al Pacino, de 65 años, está saliendo con su colega Kirstey Alley, de 54 y 23 kilos más liviana desde que la pasada temporada protagonizó la serie autoparódica Fat actress (La actriz gorda ) y se puso a dieta por exigencias del guión, como suele decirse en estos casos.

El avistamiento amoroso de la pareja de actores se registró en un lugar de solera del West Hollywood: el Hotel Chateau Marmont.