Todos tenemos prejuicios. Y quien diga que no es así miente. Es inevitable tener una idea preconcebida sobre algo. Lo que no tiene sentido es opinar sobre ese algo si no se conoce. Así que lo más adecuado es atreverse a entrar en el objeto del prejuicio, bien para corroborar esa idea previa y convertirla por fin en juicio o bien para que se rompa y que lo que hayamos creído hasta ahora no tenga la más mínima razón de ser. Curiosamente, esto último es lo que suele ocurrir con mayor frecuencia. Porque cuando conseguimos sumergirnos en otras realidades poco se suelen parecer a las que teníamos inoculadas por inercia. Bendita curiosidad, que nos hace más libres. Precisamente en esto de los prejuicios y de luchar contra ellos Daden Reptilera (Pamplona, 1991) podría escribir un libro. Este su alter ego aunque prefiere que siga siendo su nombre. Si no es única poco le falta. Al menos en Extremadura. Es Madre de Dragones. Una real, no como la de Juego de Tronos. Aunque estos no echan fuego por la boca. Su vida son los reptiles.

El más pequeño se llama Khaleesi, para terminar de rizar el rizo. «Es un dragón barbudo». Es amarillo pero hace frío así que ahora ha mudado a un color grisáceo salvo los ojos que mantienen su tono pajizo. Viaja abrazado a un tronco, apenas se mueve ni dentro ni fuera. Como si no le importara lo que ocurre alrededor. Al lado, el patriarca. Quince años tiene Travis. «Es un abuelo». Las iguanas suelen vivir una década pero este desafía al tiempo. Realmente tiene apariencia de anciano. Se desliza con lentitud con las garras y saluda con la lengua. Se inmuta más que el primero y también parece acostumbrado a la gente. Sabe que acapara todas las miradas. Otro ritmo lleva Beetlejuice. Uno hipnótico. Es una falsa coral, considerada una de las serpientes más bellas por sus tonos vivos, rojos y negros. Se enrosca con elegancia en el brazo de la cacereña que la dirige con destreza. Khalessi, Travis y Beetlejuice son solo una muestra del amor de la cacereña por los reptiles. Aquella de la serie tenía tres, pero Daden acumula hasta diez especies distintas en su casa. Es algo así como una suerte de aventura exótica.

Su afición viene de la infancia. Aunque su familia es cacereña, nació en Navarra. De sus primeros años recuerda las vacaciones en el norte de Extremadura, hasta que cuando tenía nueve años su madre y su padre decidieron mudarse definitivamente a Cáceres. Reconoce que siempre le atrajeron los reptiles. «Yo veía los lagartos y las lagartijas y mis abuelos me decían que no los tocara pero yo tenía curiosidad». Recientemente se ha independizado pero el primero llegó en 2004 cuando aún vivía en casa de sus padres. Confiesa que llegó por «casualidad». «Veía en los puestos de la feria que había iguanas y me sorprendió porque se podían tener en casa». Ese año llegó Travis. Tuvo que informarse bien sobre cómo cuidarlo, y no es que hubiera mucho por ese entonces. «Me leí todo lo que había en internet». En cuanto a la alimentación recurre a un mercado de animales vivos, otros son vegetarianos. Percances no acumula muchos, sí recuerda un mordisco de una de las iguanas que acogió porque tenía fobia a los zapatos. Mala suerte aquel día que llevaba sandalias. Pero en cualquier caso defiende que «son muy tranquilos e inofensivos». «No hay animal más indefenso que una culebra». En ese sentido, sostiene que «son mejores animales para tener en casa que un perro o un gato, que tienen carácter más explorador, porque estos están acostumbrados a estar en un mismo sitio».

A modo de paradoja no se dedica a nada relacionado con ellos, es ingeniera. «Me gusta cuidarlos pero no estudiaría nada vinculado porque no me gusta la parte médica de veterinaria». Eso sí, desde hace años se dedica a romper los estereotipos sobre los reptiles en su canal de Youtube y enseña a los futuros criadores cuáles son los cuidados que hay que tener. «Quiero romper la mala imagen». «Primero empecé a mostrar cómo era el día a día y luego derivó en vídeos para enseñar a cuidarlos». Quiere desechar los tópicos sobre estos animales. «Cada vez que salen en una película se asocia con una imagen muy negativa, hay mucho desconocimiento y mucho por conocer». En estos años asegura que a muchos les ha cambiado el punto de vista. Aunque a Khaleesi le de igual, ella sin inmutarse.