Mamá te echo tanto de menos, sólo hace unos días que te fuiste y no puedo soportar el dolor que tengo, me duele el alma mamá, no existe consuelo a mi dolor, necesito abrazarte, oírte, verte jugar con los niños, escuchar tus consejos, y no estás.

Te busco en cada rincón, huelo tu ropa impregnada de tu olor, que nunca olvidaré, y recuerdo tu cara de esperanza ante la adversidad siempre optimista, siempre dando ánimos a todos, has sido todo un ejemplo de dignidad y aplomo, lo fuiste siempre, pero mucho más durante este último año, año maldito porque nos dejaste, año bendito porque fue el último en el que gozamos de tu inmejorable compañía.

Madre buena, siempre dispuesta a todo, con tal de ayudar, aunque te encontraras mal, siempre con una sonrisa, tus niños te echan de menos, tu quitapenas como tú la llamabas pregunta constantemente por ti, ¿y abuela Petri?, y es tan duro mamá, decirle que no estás, que estás en el cielo, que la quieres mucho, y ella mira al cielo y dice que no te ve, pero le decimos que tú sí la ves a ella y sonríe.

Mamá, allí donde estés, danos fuerzas para seguir sin ti, eras nuestro punto de apoyo, nuestra referencia, nos hemos quedado desprotegidos sin ti, una parte de nuestra alma se fue contigo, porque allí por donde tú pasabas lo llenabas todo con tu presencia, tu alegría, tu ilusión por vivir, todo el mundo te quería pues te dabas a querer.

Mamá, te queremos tanto, te echamos tanto de menos, te necesitamos, ¡ayúdanos a seguir sin ti!, aunque siempre estés en nuestros corazones.

Te queremos mamá. Tu esposo, tus hijos, tus nietos y tus hermanos.

Familia Rosado Iglesias