El martes de la semana que viene se conocerán los datos PISA, el sistema internacional de evaluación a alumnos de 15 años que realiza la OCDE cada tres años desde el 2000 en tres materias: lectura, matemáticas y ciencias. La comunidad de Madrid acaba de lanzar una alarma: no son datos fiables. Son extraños e inverosímiles. Ha pedido al organismo internacional que no publique los datos de España. La OCDE, de momento, sigue empeñada en hacerlo.

La OCDE (Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico, que aglutina a 36 países) anunció hace días de que aplazaba la publicación de los datos en España, pero solo los relativos a lectura (comprensión lectora). Las cifras, efectivamente, eran extrañas. Los alumnos habían dedicado apenas 20 segundos en responder a cuestiones que, en condiciones normales, conllevan entre 50 segundos y dos minutos. Los chavales -vía ordenador- respondían o todo sí o todo no a preguntas como "Los aviones están hechos por perros".

La comprensión lectora era este año la materia estrella del informe PISA, cuyas pruebas se realizaron entre abril y mayo de 2018 (en España participaron 36.000 estudiantes). Todos los alumnos de todos los países implicados en el estudio hicieron esa prueba. No fue el caso de matemáticas y ciencias. Sin embargo, para calcular la nota tanto de matemáticas como de ciencias se tuvieron en cuenta otras variables, incluidos los resultados de lectura. Este sistema no es ninguna novedad, se hace en cada convocatoria, en función de la materia estrella. Según la comunidad de Madrid, la evidente contaminación de datos en lectura implica también a los resultados en ciencias y matemáticas. De ahí su petición para aplazar la publicación del informe relativo a España. Sin embargo, la OCDE asegura que la contaminación de datos (si es que, efectivamente, la ha habido) puede ser mínima y no afectaría al resultado global. Es un asunto que sus técnicos investigarán a posteriori, pero la publicación de datos sigue adelante, lo que ha provocado indignación en la consejería de Educación de Madrid.

Los técnicos de la consejería -que han accedido solo a los datos de la comunidad de Madrid- han detectado anomalías. Por ejemplo, que de los más de 5.000 alumnos que participaron en la comunidad, 70 no hicieron las pruebas (se desconoce el motivo) pero su calificación fue cero. Los técnicos también han detectado que los errores se disparan en el caso de tres grupos concretos de examinadores (los técnicos que dirigen las pruebas en los colegios). Es más, en algunos casos, la fecha de realización de las pruebas era de 2017 en lugar de 2018. Son datos que invitan a la sospecha. De ahí, la petición de Madrid.

¿Lo que ha pasado en Madrid ha podido suceder en otras comunidades? Enrique Ossorio, consejero de Educación y Juventud (PP), cree que es más que probable. De hecho, ha hablado con otros consejeros -no facilita sus nombres- que también están "muy preocupados". Pero , de momento, ninguna comunidad se ha prounciado de manera similar a la de Madrid.