TMte da miedo escribir esta columna porque igual le doy alguna idea a alguien y elimina de un plumazo la autovía de Cáceres a Trujillo. Y es que dentro de nada se podrá ir desde la capital de la provincia hasta Madrid por autovía, pero dando un rodeo por Plasencia. Como resulta que un argumento semejante (viajar de Cáceres a Badajoz por Mérida) se ha esgrimido para rechazar la deseada autovía a Badajoz, podría colegirse, no sin sentido, que el viaje directo a Madrid por Trujillo es ridículo puesto que pronto se podrá ir en ángulo recto: Cáceres-Plasencia-Navalmoral.

El otro día pasé en tren por encima de la autovía que unirá la N-630 con la N-V y las obras están muy avanzadas, las señales instaladas y todo parece a punto de caramelo. Tanto que, tras algunos dimes, diretes y contradiretes, dicen que un tramo se inaugurará este año. Pero dentro de nada, de aquí a 15-20 meses, y desde luego bastante antes de que la autovía a Trujillo esté lista, se podrá circular por la autovía de la Plata y por la autovía regional y llegar a Madrid haciendo tan sólo 13 kilómetros más que si se va por Trujillo. De Cáceres a Navalmoral por Plasencia serán 130 kilómetros y por Trujillo, 117.

Ahora toca buscar argumentos para evitar que nadie razone que los cuatro carriles Cáceres-Trujillo son superfluos. Se me ocurre el argumento del turismo, el de la vertebración, el de que se interpretaría como un desprecio... Pero bien mirado, el mejor argumento sería hacer la autovía de Cáceres a Badajoz. Así nadie podrá decir que donde cabe un ángulo recto, pueden caber dos.