Madrid, gobernada por el PP y Ciudadanos, se sumará a Galicia y Castilla La Mancha y prohibirá los móviles en el aula en institutos y colegios públicos y concertados. Incluida en el programa electoral del PP, la norma afectará a unos 1.700 centros y entrará en vigor a partir del curso que viene (2020-21). Los alumnos no podrán hacer uso de sus 'smartphones', con la única excepción de que el profesor dictamine que es necesario con fines académicos. El patio se considera también centro escolar, pero en ese recinto serán los directores los que decreten si los chavales pueden, o no, usar sus dispositivos.

En caso de incumplimiento, la normativa no incluye un listado de sanciones sino que insta a la dirección del centro a decretar el posible castigo.

Hasta ahora, en Madrid, como ocurre en la práctica totalidad de las autonomías, el uso del móvil por parte de los estudiantes era una decisión de la dirección escolar. Cada centro decidía vetar -o permitir- su uso. La consejería de Educación, con Enrique Ossorio (PP) a los mandos, lleva un tiempo debatiendo el tema y pidiendo asesoramiento de expertos y la comunidad escolar. "Hay división de opiniones, pero lo que nos comentan es, mayoritariamente, que el móvil causa falta de atención entre los alumnos. Además, la nueva normativa también tiene por objetivo luchar contra el 'cyber-bullying'. No se trata de poner puertas al campo, se trata de legislar un asunto importante y que el resultado sea beneficioso académicamente para los alumnos", explica un portavoz de la consejería. Es lo mismo que decretó Francia en el inicio del curso 2018-2019. Los alumnos pueden llevar si quieren un 'smartphone', una tablet o un reloj conectado, pero los dispositivos deben estar apagados o en modo avión y guardados en la mochila o en los casilleros.

En España, el móvil en las aulas es un debate por cerrar. Una reciente encuesta del GESOP reveló un claro apoyo social a la prohibición (86%).