Después de dos años de relativa calma tras la crisis de las alambradas, Ceuta vuelve a sentir la presión migratoria. En las últimas semanas, se han multiplicado los intentos de entrar por parte de magrebís, asiáticos y subsaharianos. La mayoría pretenden entrar ocultos en dobles fondos habilitados en coches, ya sea en el salpicadero, bajo los asientos o en el depósito de gasolina.

El paso fronterizo de El Tarajal, que separa Ceuta de Marruecos, es escenario casi a diario de estrambóticos intentos de entrar en España. El último se produjo el miércoles, cuando la Guardia Civil descubrió a un magrebí oculto en el depósito de gasolina de un coche. A principios de semana, un marroquí fue descubierto cuando pretendía pasar con dos inmigrantes ocultos bajo los asientos de su coche. Co estos, ya han sido varios los vehículos interceptados que habían sido manipulados para ocultar inmigrantes.