TEtn Liverpool andan festejando los cincuenta años de The Beatles. Y The Cavern, el club donde comenzaron, lo ha celebrado a su modo. Invitando a un puñado de bandas de todo el mundo para que rindan homenaje a esos cuatro músicos irrepetibles, surtidores de himnos.

Al finalizar la gala de los premios Ceres del pasado Festival de Teatro clásico de Mérida, tuve la oportunidad de hablar con el único artista español que estuvo invitado a cantar en ese mágico y misterioso recital al que han dado el nombre de International Beatle Week. Javier Gurruchaga y su Orquesta Mondragón.

Evocaba Gurruchaga su actuación en The Cavern disimulando sin mucho tino ese temblor en la voz que delata la emoción de los recuerdos gloriosos. No es para menos. Cantar Imagine , Lucy in the Sky with Diamonds , Drive my Car , Yesterday sobre las mismas tablas donde la historia de la música contemporánea tomó un nuevo curso es el sueño de cualquiera que haya puesto alguna vez los dedos sobre el mástil de una guitarra.

La propia hermana de Lennon fue quien cursó la invitación. Escuchó a Gurruchaga versionar a Lennon y quedó maravillada. Personalmente, me parece atinada la elección. Innovador, atrevido, irreverente, poderoso y rítmico, Gurruchaga es digno corazón solitario para la banda del Sargento Pimienta. Lástima que su talento quedara atrapado en las redes de su propia comicidad. Nunca fue fácil en España vivir de la música. Como en la literatura, sobrevive quien enmascara a la persona tras un personaje. Y, como en la literatura, el personaje, cuando es carismático y voraz, acaba por aniquilar al artista. Hace tiempo que el histrión Gurruchaga se zampó al cantante Gurruchaga. Pero nadie como él se merecía tanto ese viaje mágico hacia el templo de la nostalgia.