Los vientos intensos y las olas de gran altura amenazan hoy con frustrar los esfuerzos por impedir que una marea negra de petróleo contamine las costas de Luisiana y desate una catástrofe ecológica tanto en ese estado como en los de Florida y Alabama.

El Servicio Meteorológico Nacional de EEUU ha pronosticado un aumento de los vientos y de las mareas con olas que empujarán el petróleo al interior de las pequeñas bahías del sudeste de Luisiana. Los vientos aumentarán la altura de las olas, a lo que se sumará la probabilidad de tormentas eléctricas durante el día en toda la región.

Pese a la amenaza del contratiempo meteorológico más de 6.000 efectivos y centenares de barcos siguen instalando las barreras flotantes en las costas de Luisiana ante la inminencia de un desastre ecológico y de su industria turística y pesquera. Tom McKenzie, portavoz del Servicio de Pesca y Vida Salvaje de EEUU, ha declarado que es posible que las olas hagan inútiles esas barreras flotantes colocadas a poca distancia de las costas de ese Estado.

ALABAMA, EN ESTADO DE EMERGENCIA

Como ya hicieron ayer los gobernadores de Florida y Louisiana, el de Alabama, Bob Riley, ha declarado hoy el estado de emergencia ante la amenaza de la marea negra. Riley ha señalado que el vertido de petróleo en el Golfo de México representa una grave amenaza para el ambiente y la economía del estado.

La emergencia permite que el gobernador ordene medidas de excepción para asegurar que todos los organismos del estado están listos para responder si la marea de petróleo llega a las costas de Alabama. "Este vertido de petróleo constituye una amenaza grave para nuestro ambiente y para nuestra economía", ha declarado el gobernador.

"Con sus recursos naturales, sus empresas y sus comunidades costeras en peligro, Alabama no puede dar nada por sentado. Nuestras agencias estatales han estado trabajando con organismos federales para preparar a Alabama ante un desastre ambiental sin precedente", ha agregado.