La joven paquistaní de 16 años Malala Yousafzai instó ayer a la Unión Europea (UE) a ayudar a que todos los niños del mundo puedan tener acceso a la escuela, al recibir el Premio Sájarov 2013 a la libertad de conciencia en el Parlamento Europeo. El preciado galardón le fue concedido por su infatigable lucha a favor del derecho a la educación de las niñas y de las mujeres en Pakistán, sin amedrentarse ante las amenazas de los extremistas islámicos, ni el brutal atentado talibán que sufrió en el 2012.

"En el mundo hay 57 millones de menores que no pueden ir a la escuela", recordó durante su discurso. "Estamos aquí para ser su voz, para hacer algo", subrayó Malala. "Hay que cambiar de mentalidad. Un país poderoso no es el que tiene un mayor ejército, sino el que tiene mayor nivel de educación y alfabetización y que lucha para que se respeten los derechos humanos", destacó la joven, que dedicó el premio a "los héroes sin nombre de Pakistán y a las personas que luchan en el mundo en defensa de los derechos y libertades".