El dolor sigue siendo inimaginable, pero ha llegado la hora de reunir fuerzas para exigir explicaciones y soluciones. Eso han debido de pensar los familiares de las víctimas del accidente de Barajas, que ayer dedicaron buena parte del día a ponerse de acuerdo para crear una asociación de damnificados.

Superada la lógica conmoción del día siguiente, los familiares quieren ahora unirse para acelerar el trámite de identificación de los cadáveres, impulsar las investigaciones y urgir la depuración de responsabilidades. Mapfre es la aseguradora que tendrá que hacerse cargo de unas indemnizaciones que podrían superar los 50 millones de euros. La próxima semana, la compañía comenzará a abonar los 3,1 millones de euros de anticipo que marca la ley.

BUENAS PALABRAS Los afectados mantuvieron en la mañana de ayer una reunión de tres horas con la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, de la que, según manifestaron después, sacaron buenas palabras y poco más. Ante su preocupación por la excesiva demora en los trabajos de identificación de los restos, la vicepresidenta les hizo ver que este proceso es lento y no se puede acelerar. Pero los familiares también le transmitieron su temor a que se produzcan errores en las identificaciones, como sucedió hace unos años con los soldados fallecidos en el accidente del Yakovlev 42. De la Vega se comprometió a prestarles apoyo y calificó de "muy oportuna" su idea de crear una asociación.

Por la tarde, los afectados se reunieron en el Hotel Auditorium, donde están alojados la mayoría de ellos, para unir sus fuerzas ante lo que consideran una falta absoluta de transparencia y de información por parte de Spanair. Tras el plante del día anterior a los responsables de la compañía, volvieron a citarse con ellos, aunque esta vez decidieron no preguntar sobre las causas del accidente, por estar bajo secreto de sumario.

Se limitaron a interesarse por las medidas de la compañía para facilitar el traslado de los cadáveres a los lugares de origen. Fue un encuentro frustrante para algunos de los afectados. "Todo esto ha sido un paripé para taparnos la boca", se quejó Victoria Esteban, que perdió a tres familiares en el aparato accidentado y que reconoció que "los ánimos de todos están cada vez peor". Posteriormente, los afectados se reunieron para alumbrar la nueva asociación que, como dijo uno de ellos, tiene una pretensión clara: "Que no nos engañen cuando nos dispersemos".

En total, ya se han entregado a las familias 50 cadáveres. Los otros 103 tendrán que ser cotejados con pruebas de ADN.