La isla de Mallorca, con 36 banderas negras, Murcia, con 32 yAsturias, con 28, son los tres tramos de costa española que acaparan un mayor número de estas distinciones otorgadas por Ecologistas en Acción para denunciar las actuaciones en el litoral que suponen un grave atentado a los ecosistemas. En su último informe "Banderas negras 2008. Hipoteca costera", la organización ecologista impone 317 banderas negras (casos irreversibles, vertidos contaminantes graves, agresiones urbanísticas o proyectos iniciados) y 310 puntos negros (casos puntuales o actuaciones no ejecutadas pero proyectadas).

La ampliación del puerto deportivo de El Toro, la construcción de un centro deportivo y comercial, un campo de golf, así como diversas urbanizaciones suman la mayoría de las 36 banderas negras concedidas a Mallorca. Por su parte, la construcción de urbanizaciones y, sobre todo, la Manga del Menor, "emblemático y triste ejemplo" de desarrollo urbanístico son algunos de los ejemplos de las agresiones que padece la costa murciana (32 banderas negras) a pesar de que el informe recuerda que esta región sigue albergando algunos de los tramos de mayor valor natural del Mediterráneo. En Asturias, con 28 banderas negras, destaca la progresiva urbanización de las playas, la pérdida de naturalidad de los arenales y la ampliación de varios puertos.

Por costas, la mediterránea, incluida Baleares, Ceuta y Melilla, con 333 distinciones y el 53 por ciento del total de banderas y puntos negros "sigue siendo la que más presiones y agresiones recibe", ha destacado el coordinador de la organización, Theo Oberhuber. Con todo, el informe, que puede consultarse en la página web de la organización, llama la atención sobre la situación en los últimos años de la vertiente cantábrica, con 28 banderas y 18 puntos negros, debido a la proliferación del modelo turístico del litoral mediterráneo, a proyectos como la construcción de 800.000 nuevas viviendas en Galicia, 30.000 en Asturias oriental o la "fiebre constructora" de puertos deportivos.

Del total de banderas negras concedidas, los ecologistas castigan a Andalucía con 47; Cataluña, Baleares y Canarias con 36 cada una; Comunidad Valenciana, 35; Murcia, 32; Asturias, 28; Galicia, 26 Cantabria, 23 y País Vasco, 12; Ceuta, 4 y Melilla, con 2. Ecologistas advierte de que el "insostenible" desarrollo de la última década de los sectores urbanístico, turístico y pesquero han transformado tanto el litoral que las consecuencias no son solo una grave afección sobre la biodiversidad marina sino que también peligra el sostenimiento de estos sectores y su actual contribución al Producto Interior Bruto.

"Hemos hipotecado la costa para los próximos años y vamos a sufrir las consecuencias de esta degradación ambiental", ha alertado Oberhuber quien ha asegurado que el diagnóstico de la costa es de "constante agravamiento". Como ejemplo de estas agresiones, el coordinador del informe Jorge Sáez, ha subrayado la construcción o ampliación de puertos deportivos, la falta de depuración de agua -denuncian zonas de vertidos incontrolados en el Mar Menor o la albufera de Valencia-, la sobreexplotación de caladeros y acuíferos que provoca el agotamiento de los mismos y pone en peligro especies como la anchoa, angulas y anguilas.

El informe también critica las tres "amnistías urbanísticas", la última en tramitación, con la que el Gobierno canario "pretende legalizar viviendas en zonas de dominio marítimo terrestre" y el proyecto de construcción de campos de golf y el insuficiente funcionamiento de las depuradoras en las islas Baleares. Para contrarrestar esta "crisis ambiental", Ecologistas propone, entre otras medidas "imprescindibles", establecer una moratoria urbanística en el litoral hasta que se elabore un estudio de la capacidad que tiene el territorio y otra moratoria sobre nuevos puertos deportivos, así como un planeamiento sobre aguas residuales. Además, instan al Ministerio de Medio Ambiente, Rural y Marino a que "deseche definitivamente" la realización de actuaciones de gran impacto ambiental y de gran repercusión económica como es el caso, dice, de la construcción de paseos marítimos y de las obras de regeneración de playas.