El Consejo de Ministros en funciones estudia este viernes el caso de la sevillana María Salmerón, una víctima de la violencia machista que carga a sus espaldas con varias condenas de prisión por incumplir el régimen de visitas de su hija. La mujer insiste en que solo cumple la voluntad de su hija, que tras pasar “un infierno” durante el año y medio que estuvo bajo la custodia del progenitor, condenado por el Tribunal Supremo a 21 meses de cárcel por maltrato, se niega a verle. Sin embargo, un juzgado de Sevilla ha dictado un requerimiento de entrada en prisión de forma voluntaria cuyo plazo expira hoy.

Se trata de la tercera vez que Salmerón se encuentra entre la espada y la pared. Un indulto parcial en el 2012 redujo una condena condena anterior también por incumplir el régimen de visitas parentales. María Salmerón denuncia que aunque se separó en 2001, todavía no ha podido pasar una semana tranquila porque la sombra de su marido sigue acechando en forma de denuncias constantes. Así le llegó una segunda condena, para la que solicitó un nuevo indulto al que el ministro de Justicia en funciones, Rafael Catalá, ya secomprometió el pasado mes de marzo.

En este tiempo no han tenido noticias salvo de otra nueva condena a seis meses de cárcel que es por la que ahora se le reclama su encarcelamiento. Eso sí, en noviembre de 2015 el Ministerio de Igualdad y Asuntos Sociales se acordó de ella y la premió por su valentía al contar su calvario en un documental para ayudar a otras mujeres víctimas de la violencia machista.

NO ENTRARÁ HOY

Su abogado tiene claro que María no entrará hoy en prisión, ya que se trata de un requerimiento de forma voluntaria ante el que cabe recurso no solo ante el juzgado sino también ante la Audiencia provincial. Antes de llegar a ese momento, intenta arañar unos días extra al calendario reclamando un auto de aclaración por un defecto de forma, ya que asegura que el auto de requerimiento notificado el pasado 25 de enero tiene una errata, ya que “señala que un delito como el que se le imputa a ella tiene una pena de tres meses a tres años de prisión, cuando en realidad es de tres meses a un año”.

El caso de María Salmerón se ha convertido en paradigma de la indefensión de muchas mujeres maltratadas cuyas exparejas reclaman la custodia de los hijos. Hasta el secretario general del PSOEPedro Sánchez, en plena ronda de negociaciones para formar gobierno, tuvo ayer jueves unas palabras para ella exigiendo que el indulto se produzca cuanto antes. En la misma línea, su secretaria de Igualdad Carmen Montón recordó que Catalá “se comprometió” a ello en relación a una condena de seis meses de cárcel dictada en el 2009. “El Consejo de Ministros tienen la oportunidad de evitar que María entre en prisión por haber protegido a su hija”, aseveró.

REINCIDENTE

Pero el indulto se ha convertido en un caso espinoso. En primer lugar, el gobierno en funciones no tiene muy claro si en esa precariedad puede aprobar o no un indulto. Esta medida de gracia cuenta además con otro obstáculo: tanto la Fiscalía como el juzgado que la condenó se oponen a ella -aunque no se trata de informes vinculantes--, recordando que la penada es reincidente por "sustracción de menor". Además, sus condenas llevaban aparejadas el pago de multas a las que no puede hacer frente, unos 6.000 euros más intereses, que han provocado el embargo de parte de su sueldo.

La historia de María se remonta a 1998, cuando conoció a su marido en un bar de copas. Rápidamente se ennoviaron, y aunque se separaron en varias ocasiones por episodios de celos, en el año el 2000 se casaron. A partir de ese momento, las palizas, vejaciones e incluso las agresiones sexuales se instalaron en su vida diaria. Dos años duró esa situación hasta que, con un bebé recien nacido, tuvo el arrojo de poner distancia, según confesaba en el documental por el que le dieron el premio.

Se separó en el 2001 y le concedieron la guardia y custodia del bebé. Pero su exmarido, lejos de aceptar la situación, se empeñó en complicarle la vida pidiendo ver a la niña a deshoras para así poderdenunciarla por incumplimiento. De hecho, llegó a obtener la custodia de la menor durante año y medio, tras el cual la adolescente, que ahora tiene 15 años, decidió que no quería volver a verle. La situación volvió a empezar, y ahora, será ese mismo padre el que asumirá la tutela si María entra en prisión.