Un hombre que cumplía condena por amenazas a su exmujer aprovechó el sábado un permiso de cuatro días para matar a su actual pareja en Pontevedra, que nunca lo había denunciado. El preso estaba supuestamente controlado mediante una pulsera electrónica, pero una vez cometido el asesinato se dirigió a casa de su exmujer, que sí lo había denunciado y a quien tenía prohibido acercarse. El domicilio estaba vacío porque la mujer pasó fuera el fin de semana y el agresor decidió entonces acuchillar a un matrimonio que testificó en su contra durante el juicio. Cuando dos policías intervinieron en la pelea, el hombre hirió a uno de ellos. Tras ser reducido, el agresor confesó el crimen. Tanto la pareja como el agente se encuentran todavía en estado grave.

Maximino C. D. --de nacionalidad española y de 60 años-- fue condenado a dos años, siete meses y 25 días por amenazar a su exmujer y resistirse a la autoridad. El director de la cárcel de A Lama, José A. Gómez Novoa, aseguró ayer que la conducta del preso era "normal". De hecho, los informes eran favorables a la concesión del permiso, así que el hombre gozó de cuatro días de libertad antes de su salida definitiva del centro penitenciario, prevista para el 19 de diciembre.

FALLO DEL DISPOSITIVO No obstante, Maximino C. D. salió a la calle con una pulsera electrónica, que advierte de la ubicación exacta del preso en todo momento. El agresor tenía prohibido acercarse al domicilio de su exmujer, ya que el juez le impuso una orden de alejamiento tras el juicio. ¿Falló la pulsera? Parece que no está claro. La policía aseguró ayer que el GPS del dispositivo funcionaba correctamente. Entonces, ¿por qué no sonó la alarma? Es más, ¿es posible que la alarma sonara y que nadie se percatara de ello?

El delegado del Gobierno contra la Violencia Machista, Miguel Lorente, se limitó a decir que el Ministerio del Interior "está investigando los hechos" para saber exactamente qué pasó. Lorente añadió también que es necesario llevar a cabo un seguimiento "más estrecho" de los maltratadores que presentan un elevado riesgo de reincidencia.

El director de la cárcel donde Maximino cumplía condena, no obstante, aseguró que nada hacía prever el trágico desenlace porque los funcionarios conocían muy bien al interno y a su actual pareja. En declaraciones a la cadena SER, explicó que la novia, María del Rosario Peso André, de 57 años, le suplicó el pasado martes que concedieran a Maximino el tercer grado penitenciario (acudir a prisión solo para dormir). "Me sorprendió que me dijera que había una persecución para no otorgárselo", destacó.

Por otro lado, en Valencia, un hombre mató presuntamente ayer a su pareja, ambos de nacionalidad colombiana, e intentó suicidarse, informa Europa Press. En lo que va de año, al menos 58 mujeres han perdido la vida a manos de sus parejas o exparejas, según el Instituto de la Mujer. Durante el año 2007 fallecieron 71 mujeres.