La subida de las hipotecas parece no haber hecho mella entre los más ricos, que siguen comprando grandes mansiones. Una inmobiliaria española ha puesto a la venta la villa más cara del mundo, o eso dicen, por el "módico" precio de 115 millones de euros, casi 20.000 millones de pesetas. Quien pueda permitirse pagar esa cantidad tendrá a su disposición 63.000 metros cuadrados en el bosque de Windsor (Inglaterra), una superficie más grande que los palacios de Buckingham y Hampton Court juntos.

La exclusiva de la venta para España la tiene la empresa digital www.theresabernabe.tv, una inmobiliaria radicada en Marbella (Málaga) y especializada en propiedades de superlujo y otros artículos exclusivos (hoteles, coches, submarinos personales...). Para poder formar parte de su cartera --que supera las 3.000 propiedades repartidas sobre todo en la Costa del Sol--, el requisito es que su precio no baje de los cuatro millones de euros.

Vecinos de Isabel II

Según explica Theresa Bernabé, fueron los dueños de la mansión, situada a 45 kilómetros de Londres y con vecinos como Elton John o la mismísima reina Isabel II, quienes contactaron con ella para sacar a la venta la propiedad gracias al canal de televisión por internet, que se ha convertido en un espejo de la forma de vida de los multimillonarios. "Sabían que tratamos el producto con respeto y que llegaría a quienes ellos quieren", matiza.

La vivienda que ahora sacan a la venta es una espectacular villa de estilo georgiano de 4.400 metros cuadrados, rodeados de una superficie ajardinada de 58.000 metros cuadrados, construida en el siglo XIX en el paraje delimitado por Ascot, Runnymede y Weybridge y considerado el triángulo de oro inglés.

La mansión principal está divida en cuatro plantas y presume de tener uno de los mecanismos de vigilancia más avanzados del mercado, incluida una "habitación de pánico" blindada y preparada para resistir ataques terroristas. Toda la vivienda dispone de un sistema domótico de control remoto manejable desde cualquier lugar del mundo, así como de un helipuerto privado. Según se puede apreciar en la web, la decoración no ha escatimado en materiales preciosos. Dispone en el vestíbulo de un mosaico del globo terráqueo manufacturado con adornos de oro de 24 quilates, y otro representativo del Monte Fuji en mármol y oro decora las paredes de la piscina principal, similar al de las otras cinco piscinas climatizadas. En la planta baja hay además una bolera con dos pistas -- con dimensiones reglamentarias-- y una cancha de squash con paredes de cristal blindado.

La casa dispone de ocho dormitorios con maderas trabajadas manualmente, mármol italiano y techos artesanales, mientras que los baños de cada habitación incluyen un pequeño spa con ducha tropical y chorros de masaje térmico.

Tanta exclusividad tiene que ser bien cuidada. Para apartar a los curiosos y centrarse solo en los interesados, antes siquiera de poder visitar las casas, los posibles compradores pasan un exhaustivo control y se comprueban sus referencias y cuentas bancarias para comprobar su solidez económica. Aunque el tiempo de venta es similar al de cualquier finca, desde la inmobiliaria aseguran que, en este caso, "las negociaciones son muy duras".