Manuel Charlín, de 78 años, patriarca del clan gallego de los Charlines, vinculado al narcotráfico, salió ayer de la prisión de A Lama, en Pontevedra, tras haber permanecido dos décadas privado de libertad. Charlín ha podido abandonar la cárcel antes de lo previsto tras beneficiarse de la doctrina del Constitucional, que permite que aquellos que cumplen dos o más condenas, en su caso una de 13 y otra de 20 años, refundan las penas.

La puesta en libertad se produce pocas semanas después de que la policía detuviese en una nueva operación contra el narcotráfico a cuatro hijos suyos y a dos nietas.

La liberación de Charlín ha desatado la alarma entre las asociaciones de víctimas del narcotráfico. El gerente de la Fundación Galega contra o Narcotráfico, Fernando Alonso, calificó el hecho de "despropósito". "No tiene sentido la concesión en su momento de esos beneficios penitenciarios a quien tanto daño ha causado a la sociedad gallega", agregó. La presidenta de la Fundación Erguete, Carmen Avendaño, reclamó que las autoridades estén "alerta" sobre los movimientos económicos del clan, para evitar que puedan recuperar el patrimonio embargado.