"Señoría, le digo sinceramente que no lo sé, no estoy tan loco como para no frenar". Abatido y aturdido, así se escucha al maquinista Francisco José Garzón Amo en sus respuestas el domingo ante el juez y el fiscal que instruyen la investigación por el descarrilamiento del Alvia que costó la vida a 79 personas.

El audio de la declaración judicial que este miércoles avanza en exclusiva la web de 'El País' no dura más de 50 minutos en los que el conductor se muestra incapaz de dar una razón que justifique por qué no frenó kilómetros antes de entrar en la curva de A Grandeira, como hizo todas las veces que con anterioridad circuló por ese mismo tramo en los últimos años.

Una llamada de un controlador

El audio revela cómo el maquinista nunca cuenta que en el momento del descarrilamiento estaba atendiendo una llamada al móvil corporativo que le había hecho instantes antes un controlador, como reveló el martes el volcado de las cajas negras del tren. No contó nada de esa llamada, ni intentó justificar en ningún momento que su despiste se debía a que pensaba que circulaba por un tramo equivocado. Garzón sabía perfectamente por dónde circulaba, pero inexplicablemente no accionó el freno de confort que le hubiera permitido entrar en la curva a los 80 kilómetros por hora.

"En otras ocasiones había cogido esos últimos dos túneles...", le comenta el fiscal Antonio Roma. Y el maquinista responde: "La única vez que me pasó, por desgracia". Y el fiscal pregunta de nuevo: "¿Usted activó el freno en algún momento?" Y Garzón responde: "Hombre, pero era inevitable ya".

Las fotos de Facebook

El maquinista también fue preguntado por las fotografías que colgó en su pérfil de Facebook de velocímetros de un Alvia, y sobre los comentarios que escribió bajo la imagen, hace dos años, bromeando sobre los radares de la Guardia Civil. Garzón contó que no era él quien pilotaba aquella locomotora. Y aseguró que la imagen eran de unas prácticas que realizó en Medina del Campo para conocer el estado de las vías y los cruces.

"Va otro compañero conduciendo y yo le hago la típica foto al compañero que va circulando. Voy en cabina porque estoy autorizado junto a una serie de compañeros mirando cómo se hacen los cambios. De alguna forma tenemos que aprender", dijo.

El magistrado Luis Aláiz, que el martes dió muestras de la transparencia con la que quiere instruir esta investigación haciendo públicos y mediante comunicado los datos de la caja negra, se muestra atento, amable y sensible durante el interrogatorio. Delante tiene a un hombre imputado por 79 homicidios imprudentes completamente abatido y destrozado, que en ocasiones rompe a llorar sin consuelo.