El trabajo le va bien pero, como ha sabido el semanario Tiempo, Jaime de Marichalar (en la foto) atraviesa una seria depresión. Dos años después del infarto cerebral que casi acaba con su vida, el duque de Lugo está en horas muy bajas. La razón es que todos los sacrificios, el traslado a Nueva York, la rehabilitación y todo lo demás no le han dejado completamente bien, como él esperaba. Sigue mostrando una cierta cojera, no maneja bien el brazo izquierdo y sufre unos molestísimos mareos. Además, los médicos le dicen que difícilmente avanzará más.