Tan solo tres días después de que Senegal encontrara 12 cadáveres en sus playas, este lunes Marruecos localizó otros 28 cuerpos de subsaharianos en la costa atlántica, 40 kilómetros al norte de El Aaiún, en el Sáhara Occidental.

Fuentes oficiales marroquíes anunciaron que los fallecidos eran ocupantes de dos embarcaciones que tenían la intención de llegar hasta las islas Canarias desde el Sáhara. Después de localizar los cadáveres, las autoridades locales iniciaron la búsqueda de supervivientes en la zona de Blibilatte.

El archipiélago vive estos días la continua llegada de embarcaciones con inmigrantes desesperados. El lunes, un pesquero español salvó de perecer ahogados a más de 50 africanos cuyo cayuco estaba a punto de naufragar a unas 90 millas al sur la isla canaria de El Hierro. La barcaza "sufrió una vía de agua en alta mar" y se estaba "deteriorando por todas partes" después de varios días de navegación a la deriva, cuando fue localizada y sus viajeros puestos a salvo porque cualquier retraso hubiera provocado la muerte de los inmigrantes, según informaron fuentes de la Cruz Roja.

Con esta patera eran más de 220 los subsaharianos arribados desde hace dos días en una oleada que no cesa prácticamente desde hace dos semanas y cuya explicación no está clara.

France Press apuntó como mera hipótesis que la patrullera de la guardia civil Río Duero, la única que vigilaba la costa mauritana ha estado parada los 10 días de descanso previstos en Tenerife, pero no parece suficiente para explicar una avalancha que empezó hace ya casi dos semanas. La Río Duero llegó el lunes de nuevo a Mauritania e interceptó a cuatro cayucos. No obstante, las autoridades confían en el despliegue de cuatro patrulleras que España ha cedido al país africano.

EL OPERATIVO NO ARRANCA También confían en el operativo que debe desplegar la Agencia Europea de Control de Fronteras. Tras varios retrasos, la pasada semana se anunció que se pondría en marcha a primeros de agosto pero aún no hay fecha de arranque, reconocieron fuentes de la Comisión Europea y la secretaria de Estado de Inmigración, Consuelo Rumí. La puesta a disposición de las embarcaciones comprometidas y el desbloqueo de los 3,4 millones de euros procedentes del organismo europeo son algunas de las cuestiones que están complicando el arranque.