La situación de los subsaharianos detenidos en Marruecos es cada día más caótica. Mientras que unos primeros 140 senegaleses fueron devueltos ayer a su país, otros 2.000 inmigrantes de otros estados empezaron a llegar en 40 autocares al sur del Sáhara, donde se produjeron los primeros abandonos en el desierto. Rabat asegura que los traslada a una zona indeterminada de la frontera con Argelia y que los deja allí con "agua y alimentos".

Marruecos era ayer un país surcado de caravanas de autocares en dirección sur repletos de personas esposadas, hacinadas, con mujeres y niños, sin agua ni comida. Algunos grupos procedían de Tánger y otros de Nador, al norte del país. Otros seguían partiendo de Bouarfa, donde habían sido abandonados hasta que la presión internacional obligó a Rabat a recogerlos.

La confusión sobre su destino era total. Varias ONG que intentaron seguir a los autocares por la geografía marroquí insistieron en que el objetivo de Rabat es abandonarlos en la zona fronteriza del Sáhara Occidental con Mauritania, el área de conflicto con el Frente Polisario, completamente minada, donde ni las organizaciones humanitarias ni los periodistas pueden entrar.

LLAMADAS DEL DESIERTO La primera prueba de que estaban en lo cierto llegó de boca del representante de uno de los países cuyos nacionales son víctimas de tan dramática deportación. El primer consejero de la Embajada de Guinea Conakry en Marruecos, Abubakar Sillah, denunció que algunos compatriotas, dejados a su suerte en pleno desierto, en las fronteras de Mauritania y Argelia, le habían llamado en demanda de auxilio.

Sillah se mostró perplejo porque ayer por la mañana los países subsaharianos afectados --Ghana, Camerún, Costa de Marfil, Liberia y Níger, además de Guinea Conakry-- habían llegado a un acuerdo con Rabat según el cual sus nacionales serían concentrados en una instalación militar de ubicación sin especificar.

TRASLADADOS AL ESTE Este pacto tampoco casa con lo dicho por el ministro de Comunicación y portavoz del Gobierno marroquí, Nabil Benabdelá. "Los subsaharianos --dijo-- son trasladados hacia el este, a puntos precisos de la frontera con Argelia, donde se les dejará con agua y alimentos". Dijo que por ahí es por donde se dan las entradas a Marruecos, y culpó a Argelia.

Unos 140 inmigrantes de Senegal que inicialmente fueron abandonados en el desierto oriental viajaron a Dakar por vía aérea desde Oujda en dos vuelos fletados por Marruecos. En la misma ciudad esperan su vuelta a casa otros 317 senegaleses y 606 malienses.