El suelo volvió a temblar en Sichuan cinco años después. Un terremoto en esa provincia del sudoeste de China causó ayer 157 muertos y 5.700 heridos, 330 de ellas en estado grave, según el último recuento de la agencia de noticias Xinhua. Es probable que la cifra aumente en las siguientes horas porque las comunicaciones en algunas de las zonas más castigadas están cortadas y las imágenes tomadas desde helicópteros muestran paisajes de destrucción masiva.

El seísmo se produjo a las 8.02 de la mañana (seis horas menos en España) en el condado de Lushan, muy cerca de Yan'an, una ciudad de millón y medio de habitantes. El terremoto fue medido en 7 grados por China y en 6,6 por el Servicio Geológico de EEUU. El gran seísmo de Sichuan del 2008, que causó 90.000 muertos, alcanzó los 7,9 grados. La escasa profundidad del de ayer, apenas 12 kilómetros, agravó sus efectos. El temblor fue sentido en Chengdu, la capital provincial, a unos 140 kilómetros del epicentro, y en las provincias vecinas. Muchos ciudadanos fueron sorprendidos en la cama y bajaron semidesnudos o cubiertos por sábanas a la calle. El seísmo cerró durante una hora el aeropuerto de Chengdu.

Los operativos de rescate se pusieron en marcha de inmediato. Más de 6.000 soldados fueron enviados a Yan'an, donde se ha cerrado el tránsito a cualquier vehículo que no sea de emergencias para aligerar el proceso. También se han enviado excavadoras y demás maquinaria pesada, tiendas de campaña y sábanas. Hacia Yan'an se dirigió asimismo el primer ministro, Li Keqiang, en la primera crisis natural que le toca cubrir. Su antecesor en el cargo, Wen Jiabao, fue siempre el primero en llegar a las zonas de desastre y consolar a las víctimas, lo que le convirtió en el político más querido por el pueblo. "Lo más urgente es esforzarse en las 24 horas después del seísmo, es el tiempo de oro para salvar vidas", dijo Li a Xinhua. Varias decenas de personas habían sido rescatadas de las ruinas ayer, según la agencia. El Ejército es una de las instituciones más respetadas en China. Está formado en su mayoría por jóvenes de las provincias rurales del interior y muestran en cada desastre natural una descomunal capacidad de esfuerzo.

En Lushan hubo la mayoría de las víctimas. El condado, de 125.000 habitantes, cuenta con las típicas praderas de Sichuan que lindan ya con las colinas que ascienden hacia el altiplano tibetano. Las imágenes colgadas en la red por internautas muestran edificios derribados y heridos tratados en tiendas de campaña en una plaza cercana al desbordado hospital. Quedaron devastadas algunas de las aldeas más cercanas al epicentro. Casi todas las estructuras sucumbieron en el pueblo de Longmen y más de 10.000 viviendas sufrieron daños en todo el condado. El terremoto, como el de 2008, afectó a zonas subdesarrolladas, con construcciones rudimentarias. Las comunicaciones por teléfono se han caído aunque ha aguantado internet en algunas zonas. "Es demasiado peligroso. Incluso los réplicas asustan", escribió un usuario en Weibo, el Twitter chino. La población sufre el encadenamiento de decenas de réplicas, algunas de ellas de más de 5 grados.

Los 28 españoles que residen en la provincia de Sichuan se encuentran bien y lejos de la zona de riesgo, informaron ayer fuentes consulares españolas en Pekín. Uno de ellos reside en la ciudad de Leshan y el resto en Chengdu, la capital provincial (ambas situadas a más de un centenar de kilómetros de la zona afectada). El servicio consular de España en China se puso en contacto con algunos de estos residentes, mientras las autoridades chinas informaron de que en la ciudad de Chengdu no hay víctimas extranjeras entre los afectados por el terremoto.

Por otra parte, entre los testimonios de solidaridad y de pésame enviados al Gobierno chino están los de España, Argentina y la Comisión Europea, cuyo presidente, José Manuel Durao Barroso, lamentó la pérdida de tantas vidas.