Consternación internacional por la última y la mayor tragedia de la inmigración ilegal vivida en aguas libias. Una embarcación que naufragó a solo 30 kilómetros de la costa de Trípoli dejó en la madrugada de ayer a 23 inmigrantes muertos y alrededor de 251 desaparecidos, según explicó, Laurence Hart, jefe de la misión de la Organización Internacional de las Migraciones (OIM). Los guardacostas libios solo lograron rescatar a 21 de los ocupantes de la barcaza, la mayoría de diferentes nacionalidades africanas, entre ellos, seis egipcios.

Hasta cuatro barcazas coincidieron en su salida de Libia hacia Europa. Una segunda embarcación, según Hart, zarpó la misma noche rumbo a Italia. En ella viajaban 356 personas y fue remolcada a tiempo, por lo que no hubo que lamentar pérdidas humanas. "Se paró el motor y, afortunadamente, dieron un aviso a las autoridades para que intervinieran de inmediato", señaló el jefe de la misión de la OIM.

Los inmigrantes de esta embarcación fueron enviados al centro de internamiento para extranjeros donde aguardan miles de subsaharianos de Camerún, Nigeria, Níger y Mali, que buscan encontrar la oportunidad para embarcarse hacia Europa y alcanzar El Dorado .

DOS BARCOS EN ALTA MAR Los otros dos barcos pesqueros con clandestinos a bordo se encuentran en alta mar con destino a Europa y según fuentes de la OIM, consultadas por este periódico, aún no han podido ser localizados porque "se ha perdido el contacto".

Durante estos últimos días, las condiciones del mar han sido pésimas para las embarcaciones, a merced de fuertes oleajes y vientos. Aun así, los inmigrantes --"que son víctimas desesperadas, que toman iniciativas desesperadas para escapar de la pobreza y los conflictos", según la agencia de la ONU para los refugiados-- subieron a la barcaza ignorando que tenían posibilidades de caer en un mar indomable por la importante marejada.

La creciente salida de embarcaciones desde Libia con destino a Italia en los últimos días responde a la inminente puesta en marcha de un acuerdo entre Trípoli y Roma para patrullar conjuntamente y frenar el flujo incesante de personas que llegan a territorio italiano por mar. Las autoridades de ambos países esperan que la iniciativa, que entrará en vigor a partir de mediados de mayo, ponga fin al drama que viven en sus costas los inmigrantes de Africa.

Solo el domingo fueron recogidas más de 600 personas en Sicilia y en la pequeña isla de Lampedusa. El año pasado, 36.000 sin papeles alcanzaron las costas italianas. La mayoría solicitó asilo y casi la mitad recibió protección de las autoridades del país.

CIENTOS DE NAUFRAGIOS Fuentes de la OIM explican que "es frecuente que salgan barcos de pesca que trafican con personas desde las costas libias". "Muchas veces pasan desapercibidos, eso sin contar los cientos de naufragios que no trascienden a los medios de comunicación", añaden las mismas fuentes.

En Libia, la presión que el dirigente Muamar el Gadafi ejerce sobre los medios de comunicación y las escasas organizaciones que centran su trabajo en el fenómeno de la inmigración silencia los continuos abusos que las autoridades cometen contra los inmigrantes.