La octava edición de la Campus Party, que se celebra un año más en el recinto del museo Príncipe Felipe de Valencia, abrió ayer sus puertas a los más 4.500 campuseros que este año participan en el encuentro y que durante una semana disfrutarán de una "conectividad excepcional", 300 veces superior a la habitual.

La Campus Party llega este año bajo el signo de la polémica, por las críticas que ha hecho la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), que ha cuestionado la legalidad de las copias y del intercambio de archivos de los participantes.

"Hemos convencido a la SGAE para que venga y haga pedagogía sobre la propiedad intelectual", asegura Belinda González, de E3 Futura, organizadora de la reunión. La organización, sin embargo, también ha abierto el foro a voces discordantes con la postura de la entidad gestora, como Hispalinux y la Asociación de Internautas. "Tenemos suficientes cortafuegos para que no se haga un mal uso de la red, que es equivalente al 15% del tráfico de toda España, pero la legislación debe adaptarse porque la gente se ha acostumbrado a usar la red libremente", añade.

Los participantes, a pesar de que el encendido oficial de los ordenadores no se realizó hasta las 23.45 horas, comenzaron a acceder al recinto a las 10.00 horas con los mismos objetivos que todos los años: "bajarse cosas", jugar, participar en los talleres de informática y astronomía, y conocer gente.

Según indicó Francisco Regageles, uno de los fundadores de la Campus Party, el acceso este año ha sido "más rápido que ningún otro año" porque las acreditaciones se han repartido por correo, lo cual ha evitado que se formaran las habituales colas y que los asistentes pudieran instalarse cuanto antes.

Sin embargo, precisó, esto no ha impedido que una treintena de jóvenes pasaran la noche acampados en el exterior del recinto a la espera de que se abrieran oficialmente las puertas.

NOVEDADES Entre las novedades de esta edición, en la que participan más de 4.500 personas procedentes de veinte países, destaca la "excepcional conectividad", posible gracias a dos líneas de 622 megabytes, que permitirá navegar 300 veces más rápido de lo habitual.

Este año, explicó Regageles, se ha doblado la velocidad de la red, que cuenta con un núcleo de diez gigabytes, y se ha concentrado el 15 por ciento del ancho de banda de todo el país.

Con esta "salida de Internet", la tasa de tráfico de información se sitúa en torno al millón de bytes de información por segundo, lo cual permitirá a los participantes "bajarse cosas", "jugar en red", y aprovechar al máximo la potencia de los equipos que en los últimos meses ellos mismos se han fabricado especialmente para la ocasión, según explicaron algunos de ellos.

En la edición de este año también se ha apostado decididamente por la formación, dedicando más de 150 horas de esta semana a conferencias sobre seguridad informática, y sobre la ley de Propiedad Intelectual y la piratería discográfica.