Un equipo de arqueólogos chinos ha localizado en el mausoleo del emperador Jing Di, que reinó entre los años 156 y 141 antes de Cristo, los restos más antiguos de la planta del té (en terminología científica, Camellia sinensis). La tumba se encuentra cerca de la ciudad de Xian.

En los trabajos de excavación, iniciados en 1998, se han encontrado diversas reliquias, incluyendo preciadas porcelanas, armas y carros completos de caballos, lo que sugiere que el té debió de ser una bebida muy apreciada por la aristocracia.

Los detalles de la investigación se han publicado en la revistaScientific Reports, del grupo Nature.

Aunque la primera referencia escrita del té, también en un documento chino, data del año 59 antes de Cristo, los restos más antiguso conservados hasta le fecha eran de la dinastía Song (siglos X-XII de nuestra era), por lo que el descubrimiento adelanta en un milenio la historia arqueológica de la infusión.

En el mausoleo, los investigadores detectaron enseguida granos de mijo y arroz, pero no pudieron identificar qué eran exactamente unas especie de filamentos vegetales. Finalmente, ahora se ha podido identificar que era té.

Si el té ha logrado convertirse en una bebida de amplísimo consumo en el mundo es gracias al impulso de la dinastía Tang, en los siglos VII y VIII, y a la Ruta de la Seda. El té entró en contacto con los europeos de la mano de la exploración portuguesa de la India, a finales del siglo XV.