Algunos nombres de operaciones policiales han quedado grabados en el memoria colectiva. Todo el mundo sabe de qué se habla solo con decir operación Gürtel, Pretoria o Malaya. Pero pocos conocen por qué se adoptaron esos términos. Así, Pretoria se escogió como derivación del nombre del bufete de abogados Pretus, donde se comenzó a tirar del hilo. En el caso de la trama corrupta vinculada al PP, el nombre se eligió pues el principal implicado era Francisco Correa. Y una de las traducciones de correa, en alemán, es gürtel. ¿Por qué se tradujo a ese idioma? Porque una de las policías que comenzó a investigar el caso hablaba alemán. En el caso de Malaya, hay dos versiones. La primera, la mezcla entre el inicio de Málaga (Mal-) y de Ayamonte (Aya-). Otra: la suma de los principios del nombre y del segundo apellido de la exalcadesa de Marbella Marisol Yagüe.

En muchas ocasiones, es el líder del grupo criminal investigado o alguno de sus miembros el que sirve de inspiración a los agentes. Así, por ejemplo, cuando los agentes que investigan a una red de tráfico de drogas descubren que unos de sus integrantes es un exmiembro del grupo Locomía optan, sin dudar, por bautizar la operación como Abanico. En otro caso, el principal sospechoso se apellidaba Toro y, dada su peligrosidad, los guardias civiles que lo investigaban acabaron por bautizar la investigación como Islero, por el toro que mató a Manolete. A veces, los seguimientos permiten a los agentes conocer las aficiones de los sospechosos. Ese fue el caso del líder de una red de traficantes que era un fanático del grupo Queen. Tanto, que la operación fue bautizada Mercury. En otra ocasión, el jefe de una banda tenía un San Bernardo. La operación se llamó Beethoven.

El desarrollo de las investigaciones condiciona el nombre que reciben. Así, unas pesquisas sobre tráfico de heroína que se iban complicando llevaron a los policías a comentar que se encontraban "enfangados" y que aquello era "un marrón". Ahí fue cuando se decidió que la operación se llamaría Barro. Algo semejante ocurrió con la investigación de una serie de asesinatos en Castellón. Uno de los policías comentó: "Para pillar a este tío vamos a necesitar una bola de cristal". Y Bola de Cristal se quedó de nombre. El desarrollo de la operación de caza del atracador llamado El Solitario también generó un cambio de nombre. Pasó de llamarse Marieta, inspirada por la marca de metralleta que utilizaba, a denominarse operación Gloria, pues esa fue la sensación que sintieron los guardias civiles cuando le localizaron.

La imaginación al poder. La Guardia Civil investiga un envío masivo de drogas usando de tapadera la importación de flores de Colombia. A un agente se le ocurre un nombre inapelable: Flower Power. "Los envíos eran de toneladas de coca, con lo que Poder de las Flores era apropiado", dice el oficial. Una investigación de una mafia búlgara fue bautizada como Kropan en honor a la empresa que fabricó un pastelito conocido como el Búlgaro. Tras comprobar el lujo en la residencia del expresidente balear Jaume Matas, se bautizaron las pesquisas como operación Buckingham. Y se juega con el idioma. Así, a la operación contra una red de empresarios que vendían contratos falsos se la bautizó Fullfeina, por full (término coloquial para referirse a algo falso) y feina (trabajo, en catalán).