Los 1.300 inmigrantes irregulares que estaban en el Centro de Primera Acogida de Lampedusa consiguieron salir hoy de allí, aprovechando un descuido de las fuerzas del orden que lo controlan, y marcharon en manifestación hacia el centro de la isla pidiendo "libertad" y "ayuda", informaron los medios locales.

Los manifestantes se dirigieron hacia al ayuntamiento de la isla, la más meridional de Italia, distante un centenar de kilómetros de las costas africanas y considerada una de las "puertas" de Europa por los inmigrantes que buscan un futuro mejor en el viejo continente.

La policía, según las fuentes, no ha intervenido y se está limitando a controlar a distancia a los inmigrantes, que consiguieron salir del centro tras forzar la valla que lo rodea, al parecer en protesta por las condiciones en las que se encuentran, según las fuentes.

Los hechos se han producido un día después de que unos cuatro mil habitantes de la isla, de los seis mil con que cuenta, se manifestaran contra el Gobierno tras el anuncio del ministro de Interior, Roberto Maroni, de la apertura de un nuevo centro de identificación de inmigrantes en Lampedusa. Los vecinos, con el alcalde a la cabeza, se oponen a esa apertura y denuncian que Lampedusa es una isla que vive del turismo y el Gobierno pretende convertirla en una "cárcel al aire libre, en una nueva Alcatraz", según gritaron durante la marcha.

Hoy, varios centenares de vecinos de Lampedusa están depositando escritos contra la apertura del nuevo centro, que el Gobierno pretende construir en una vieja base militar abandonada.

El anuncio de la apertura de ese nuevo centro se conoció al mismo tiempo que el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) denunció la lamentable situación en la que se encuentran los inmigrantes irregulares que llegan a la isla.

El actual centro tiene capacidad para 800 personas y acoge a algo más de 1.300 inmigrantes.