Más de un millar de personas se ha manifestado este miércoles por la tarde en la plaza de la Font de Tarragona, frente al ayuntamiento de la ciudad. Una protesta convocada por la Asociación Cel Net, a raíz de la explosión del pasado martes en una de las fábricas de la industria petroquímica. "La impunitat sha dacabar" o "Prou de trinxar el territori" fueron algunas de las pancartas que los manifestantes expusieron frente al consistorio de la ciudad, en una marcha que culminó frente la sede de la asociación de Empresas Químicas de Tarragona (EQT).

Vecinos de la localidad, de distintas edades, se reunieron frente al consistorio municipal para exigir medidas y controles a la industria petroquímica. Algo que la entidad Cel Net lleva 12 años criticando en la zona.

La entidad reclamó a los políticos que deben mejorar los protocolos de actuación en caso de accidentes de este calibre y denunciaron la descoordinación entre Protección Civil y las empresas de servicios petroquímicos. La mala coordinación con la activación de las sirenas es solo un ejemplo, criticó uno de sus miembros, el abogado Pep Ruiz.

SIRENAS ANTE CUALQUIER RIESGO

Una de las propuestas de la entidad es que las sirenas se activen en cualquier caso, hasta que no se confirme la toxicidad en el aire. Algo que también pidió Jaume, uno de los bomberos que trabajó en el siniestro. Expuso que el uso de las sirenas en cualquier caso sería muy útil para evitar la obstaculización de las calles y el descontrol vivido el martes. Se hacen simulacros durante años y luego cuando pasa algo las sirenas no se activan, lamentó el bombero, que fue aplaudido por los manifestantes.

MEDIDORES DE LA CONTAMINACIÓN

Además, Cel Net denunció la inexistencia de unidades de medición en tiempo real del grado de contaminación tanto en Tarragona como en los polígonos petroquímicos. Criticaron que solo hay una estación privada hace estas mediciones, y que pertenece a Repsol. También lamentaron que la Generalitat aprobó construir una estación pública, gestionada por la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC) y la Universidad Rovira y Virgili (URV), pero el proyecto se paralizó durante la crisis.

FALTA DE VOLUNTAD

En la misma línea intervino Josep Lluís Domingo, catedrático de Toxicología y Salud Mediambiental de la URV. En Tarragona nunca se ha hecho un estudio epidemiológico de cómo la petroquímica afecta a la salud población, expuso. Aunque su pronóstico es que este estudió jamás se elaborará. Ni la Generalitat ni las empresas tienen interés en hacerlo porqué les da miedo el resultado, sentenció, aunque criticó que sin un diagnóstico no se puede hacer tratamiento. La primera vez que se pidió este informe fue hace más de treinta años, cuando ETA cometió un atentado con un coche bomba en una de las empresas del mismo recinto petroquímico tarraconense.

A lo largo de la concentración, los vecinos conocieron que uno de los heridos más graves había fallecido. La plaza enmudeció. Después de la protesta, muchos de ellos marcharon hasta la sede de la asociación de Empresas Químicas de Tarragona (EQT), ubicada en la calle Marqués de Monistrol. Unas críticas, las de la manifestación, que se suman a las que han hecho los alcaldes de la zona, las asociaciones de vecinos, CCOO y UGT además de un sindicato policial de los Mossos por la falta de material.