La gestación en la adolescencia, especialmente en países en desarrollo, tiene graves consecuencias para la salud y abre el camino hacia la pobreza la exclusión y la dependencia. El informe del Fondo de la Población en el Mundo de la ONU, presentado ayer, puso ayer cifras al drama que sufren las casi 7,3 millones de menores de 18 años (dos millones, menores de 15 años), que afrontan un embarazo y un parto: 73.000, unas 200 diarias, mueren por complicaciones graves, sobre todo entre menores de 15 años porque no están totalmente desarrolladas físicamente, por ejemplo su pelvis.

Además, cada año se registran en el mundo 3,2 millones de abortos en condiciones de riesgo a chicas de entre 15 y 19 años.

Laura Laski, jefa de salud sexual y reproductiva del Fondo explicó durante la presentación del informe que las niñas embarazadas menores de 15 años tienen el doble de riesgo de muerte materna y de fístula obstétrica que las mujeres mayores. "Además, el embarazo en la adolescencia es un pasaporte seguro para vivir en la pobreza el resto de sus días", aseguró la experta, que alertó del aumento de partos en menores de 15 años, sobre todo en América Latina. A su juicio, la pobreza, los matrimonios a temprana edad, muchas veces forzados, y la falta de acceso a la educación son los principales causas del embarazo precoz en los países empobrecidos. Según el informe, las niñas que permanecen en la escuela más tiempo son menos proclives a quedar embarazadas, porque la educación les da opción a futuros empleos, aumenta su autoestima y estatus y les permite ser más partícipes de las decisiones que afectan a sus vidas.

La ginecóloga Isabel Serrano, portavoz de la Federación de Planificación Familiar Estatal, aseguró que este "drama mundial" también causa "preocupación" en países como España, donde en el 2011 se registraron en menores de 17 años 3.289 partos, 145 por debajo de los 15 años.