Un comando terrorista de la milicia radical islámica somalí Al Shabab asaltó ayer con granadas y armas automáticas un lujoso centro comercial de Nairobi (Kenia) y mató al menos a 30 personas. Los atacantes, una decena de hombres que hablaban en árabe y somalí, irrumpieron por sorpresa al mediodía en el centro Westgate, frecuentado por la colonia extranjera, cuando el edificio estaba abarrotado de clientes, y dispararon de forma indiscriminada contra quienes no sabían responder en su idioma, según afirmaron a Efe varios testigos.

Durante el ataque, en el que también hubo 50 heridos, los asaltantes se atrincheraron en el lugar y retuvieron a un número indeterminado de rehenes, aunque la policía logró rescatar a muchos ocupantes del edificio, entre ellos una mujer española y su hija, que salieron ilesas. Por la noche, al cierre de esta edición, los ocupantes seguían atrincherados y la policía y el Ejército rodeaban el edificio a la espera de una posible operación de asalto.

Voluntarios de la Cruz Roja explicaron que, entre los cadáveres, había personas con disparos en la cabeza e incluso algún decapitado, extremo que no pudo ser confirmado. Horas después, Al Shabab, un grupo vinculado a Al Qaeda, asumió el asalto: "¿Recordáis Bombay? Va a ser una larga odisea", señaló en alusión a los ataques en la ciudad india en que murieron 166 personas en el 2010.

El grupo dijo haber actuado en represalia por la presencia de las Fuerzas Armadas de Kenia en Somalia, en el marco de la misión de la ONU de apoyo al Gobierno contra las milicias islamistas como Al Shabab. "Las Fuerzas de Defensa de Kenia actúan en Somalia y esto tiene consecuencias. Se avecinan días negros", agregó Al Shabab. La milicia integrista amenazó con nuevas acciones al afirmar que "ayer (por el sábado) fue una embajada. Hoy ha sido un centro comercial. ¿Mañana? ¿Tal vez un estadio de fútbol lleno?".