TLte encuentro en la churrería de Aldeanueva del Camino, en pleno corazón del Valle del Ambroz, norte de la provincia de Cáceres, sentado fuera, --al aire-- me dice; dando vueltas al cafelito y no atinando muy bien con el sobre de azúcar, --el café de puchero, el de toa la vida, en el campo, con los árboles, aquel si que estaba bueno-- me dice.

Juan Silva Suárez , --y es que tengo el nombre mu asentao, el primero de los Silva de Plasencia, de toa la vida, y el segundo el del presidente; se estira; mientras, con el café, se acaba de manchar todo el pantalón.

--Ya me da igual to -hace un año se me ha muerto La Juani (Juana Vázquez Silva ) y me paso casi toda la mañana junto al balconcito que le tengo puesto, en el cementerio, en Plasencia --quien la quiera ver allí pone 'La Juani, la del Carranca',-- ya ves, no me acuerdo mu bien los años que hemos pasao juntos, muchos, muchos, --ella ha criado a ocho hijos, y yo siempre fuera, de aquí para allá, con el trato, el ganado y esas cosas, las del campo, y ahora, quién me lo iba a decir, cuánto me acuerdo de ella--, uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde. La fuerza que pone Juan en esas palabras, mientras se lleva el pañuelo a los ojos.

Juan, el gitano de Casas del Monte, pasa de los 70 años, y me cuenta que se crió en Zarza de Granadilla, hasta que la Guardia Civil le dio la vacante de Casas del Monte; --Pero bueno-- ¿es que haciáis oposiciones? me río.-- La cosa era muy seria, hasta que el gobernador veía los informes de los guardias, de la conducta y eso... y ya me dieron el permiso, me dice Juan. Y es que cada gitano tenía un pueblo, según su ley, y allí controlaban el trato con los animales: caballos, mulos y burros. --Tanta gasolina nos ha matao, aunque ahora parece que la cosa se mueve, con esto de la crisis, me dice.

--Hace poco que me he jubilado --oye, que los gitanos también se jubilan-- se ríe. Estoy en Plasencia pero me acuerdo mucho del pueblo, de Casas del Monte --los camiones y camiones de bestias que he cargao. El ganado y el campo ha sido mi vida y hay que cuidarlo para los que vengan detrás--. Me acuerdo mucho también de tu padre, Don Matías , el de Segura, que siempre me decía alguna poesía, que yo no entendía muy bien, pero lo hacía con arte, y eso es lo importante. Arte el tuyo, Juan.

--Venga, Juan, se ponga en la fuente para la foto--; se estira y levanta la cabeza, mirando a la sierra, al campo, con su sombrero negro, y el agua al lado, la importancia del agua para los animales y para todo el mundo, quizás, pensando y recordando toda una vida.

--No me puedo quejar de la vida, siempre he tenido a Dios conmigo; aunque esto de La Juani me ha matao.

--Si vas pa Cáceres, dale recuerdo a Ramón Silva , ese si que es un gitano elegante, no se quita la gorra nunca.

--Sácame guapo en el periódico y mira si alguno de allí tiene chatarra, mi hijo se la paga al peso. Juan, El Carranca, pensando en los suyos, buena gente.