Lleva 9 meses de casado, pero apenas ha pasado unos días con su esposa. Antonio María Benito, de Villanueva de la Serena, se casó el 2 de febrero con Maite Moroña en Cuba pero el cónsul español en el país consideró que el suyo era un caso más de matrimonio de conveniencia. Así que ella está en Cuba, y él en Villanueva donde regenta el Bar Cerca, junto a su hermano. Desde entonces la luna de miel se ha convertido en un ir y venir a Cuba, Madrid y Sevilla tratando de solucionar una situación que le parece injusta y en la que ya lleva gastado casi 30.000 euros. Y pide ayuda política.

Su historia comenzó, paradógicamente, con el desamor. Tras la ruptura con su anterior novia y comenzar a tomar tranquilizantes y somníferos para superarlos, un amigo le propuso viajar a Cuba unos días. Allí a través de un amigo común, conoció a la que se terminaría convirtiendo en su esposa.

"Nos fuimos el 22 de septiembre y estuvimos 10 días. Nos gustamos desde que nos conocimos y al poco tiempo me enamoré". Luego llegó la despedida y tras varios meses en contacto telefónico, decidió pedirle matrimonio. Y así, el 30 de enero se marchó a Cuba para el enlace. "Me enamoré enseguida porque ninguna mujer me ha hecho sentir lo mismo, me ha dado tanto cariño y me ha cuidado tan bien", asegura emocionado. Pero la alegría duró poco porque tras arreglar los papeles y realizar una entrevista para legalizar la situación, la embajada española en Cuba decidió que su matrimonio no era válido. Ahí comenzaron las reclamaciones, el papeleo y el desaliento que puede durar años si su caso termina en un juicio civil. "En el aeropuerto conocí a un chico de Valladolid que llevaba 3 años casados en la misma situación que yo, y otro de Canarias que llevaba otros 2. Me desalentaron pero no voy a renunciar a traerla"

CONTACTO TELEFONICO Maite vive en Cuba junto a su hija de once años. Y su marido quiere traerla a España cuanto antes porque quiere vivir como una pareja normal y corriente. Antonio María asegura que el contacto con su esposa se limita al intercambio de videos y a los mensajes y llamadas al teléfono móvil de una vecina porque ella no tiene. Y explica que la situación es difícil y ambos lo están pasando mal. "Yo me he casado por amor y es vergonzoso que un cónsul o un embajador que no nos conoce de nada diga que mi matrimonio no es válido", afirma indignado.

Dice que Maite le pide que sea él quien vaya a Cuba, pero cree que no es solución. "Aquí tengo mi negocio y algo que ofrecerla, allí no podría darle nada, ni a ella ni a la niña1. Y para ellas ha realizado reformas en casa de sus padres: un nuevo salón, una habitación para la niña. "Quiero vivamos aquí hasta que se adapte. Quiere que mi madre le enseñe las costumbres españolas porque para ella mi madre es especial. Y luego formar nuestra familia porque queremos tener hijos pero no así".