Friday tiene 19 años y es de Sierra Leona. De pequeña sufrió malos tratos en casa y tuvo que huir de su país para evitar que la casaran en contra de su voluntad. Viajó hasta Marruecos y cuando estaba esperando para cruzar la frontera en Ceuta, un hombre la violó y la quitaron toda la documentación. Una vez en España le obligaron a prostituirse para pagar una deuda de 40.000 euros. Friday no se atreve a denunciar su situación, pero encarna el retrato de muchas prostitutas. Según un estudio sobre los problemas médicos de este colectivo, entre el 80 y 95% de las personas en esta situación ha sufrido alguna forma de violencia antes de ejercerla, como malos tratos o pedofilia, y el 62% declara haber sufrido una violación.

La mayoría de las prostitutas proceden de entornos poco favorables, son migrantes y han sufrido abusos y maltrato. Y voluntariamente o por obligación, la única alternativa que encuentran para sobrevivir es la prostitución. Nunca es una elección libre, subraya Belén Matesanz, enfermera y coordinadora en Baleares de Médicos del Mundo, la oenegé que atendió en el 2017 a Friday (nombre ficticio) y que cada año ofrece atención sanitaria a miles de prostitutas, por lo que conoce de cerca sus problemas. Con motivo del Día Internacional contra la explotación sexual el 23 de septiembre, Médicos del Mundo ha lanzado una campaña dirigida a romper con la normalización en torno al sexo de pago. La iniciativa recoge frases reales, extraídas de blogs y foros, en los que los puteros justifican su actitud y descalifican a las prostitutas, con el fin de que el entorno de estos hombres no mire para otro lado y deje de reírles las gracias, según explica Celsa Andrés, vicepresidenta de la oenegé.

ALTO USO DEL PRESERVATIVO

Los problemas de salud que sufren las personas que ejercen la prostitución son frecuentes, y no sólo están relacionados con las enfermedades de transmisión sexual, como figura en el imaginario colectivo. De hecho, según explica Matesanz, presentan tasas bajas de enfermedades venéreas porque aunque la mayoría de los clientes exigen sexo sin preservativo, sólo las que están en aprietos muy severos acceden. Según su experiencia, presentan más riesgo de contagiarse de enfermedades con sus parejas, con las que no suelen usar condón, que con los puteros.

Entre los problemas sanitarios destaca, no obstante, los graves problemas de violencia física y psicológica a los que frecuentemente se ven sometidas. Muchos puteros consideran que pueden pagar por maltratarlas, lo que hace que se conviertan en el colectivo de mujeres más vulnerable, en las mujeres más desechables del patriarcado, según alerta Graciela Atencio, presidenta del observatorio feminicidio.net que ha contabilizado este año tres asesinatos de prostitutas y 50 desde el 2010. En el 66% de los casos fueron los puteros los que acabaron con sus vidas y solo siete están reconocidas como víctimas de la violencia de género, al haber sido asesinadas por sus parejas o exparejas, pese a que el Convenio de Estambul pide contabilizar y dar asistencias a las víctimas de toda violencia machista, independientemente de la relación con el agresor. Sus crímenes son, además, los más cruentos dado que las prostitutas son a veces sometidas a tortura, descuartizamientos y profanación del cadáver, según explica la presidenta de feminicidio.net.

MECANISMO DE DEFENSA

Ante tanta violencia, muchas prostitutas desarrollan el llamado proceso de disociación, que consiste en que pierden conexión con su propio cuerpo para poder soportar el maltrato. Asimismo, el 68% de las afectadas, según Médicos del Mundo, sufre trastornos de estrés postraumático, un porcentaje similar a las víctimas de la tortura.