"En el reparto de talentos, a mí no me tocó el don de la espiritualidad. Carezco de esa dimensión", afirma la novelista María Dueñas (Puertollano,1964). No fue por falta de estímulos. La autora de El tiempo entre costuras creció en un ambiente católico, pero su carácter se siente más seguro entre la racionalidad que al lado de la fe. "Tengo a muchas personas creyentes a mi alrededor, y en cierto modo me dan envidia, porque encuentran en sus creencias un consuelo al que agarrarse. Pero la fe no es algo a lo que te puedan obligar. O la sientes o no la sientes. Y yo no la siento", continúa.

La escritora prefiere definirse como "no creyente" antes que "atea" y su respeto hacia los que tienen fe se prolonga hacia la institución de la Iglesia católica. "No comparto muchas de las críticas que se les hacen. Yo no pertenezco a esa comunidad, pero me parece bien que opinen de los temas que consideren oportunos y que pretendan hacer proselitismo. Esto forma parte de su propio mensaje", sostiene.