Vladimir Igorevich Marinkievich (Kiev, Ucrania, 5 de enero de 1969) aterrizó en España en el inicio de la década de los 90, para jugar en aquel mítico El Obrero Extremeño que llevó por primera vez a una competición europea al deporte regional. Hoy, 15 años después, confiesa que no quiere arrancar ya sus raíces de la arcilla de la Tierra de Barros.

--¿Fue usted una especie de ´regalo de Reyes´ para sus padres?

--Bueno, nací un 5 de enero, de acuerdo. Pero en Ucrania ése es el día del año nuevo. Allí, lo que se podría comparar con los Reyes Magos de aquí, se celebra el día 12 de enero. Y no son reyes, es una especie como de Paska.

--Pero usted ya está perfectamente integrado aquí. Vamos, que ya es de los Reyes Magos...

--Yo soy muy feliz en España. Me encuentro muy a gusto y me siento un almendralejense, un extremeño y un español más. He formado una familia aquí y para mí eso es lo más importante del mundo. No lo cambio por nada.

--¿Qué fue lo que más le llamó la atención de España al llegar?

--Sobre todo lo apasionada que es la gente. Y las ganas de fiesta que siempre tiene. Lo que sale la gente aquí es algo impensable en un país nórdico como el mío.

--¿Y los tópicos? La gastronomía, los toros, el sol...

--De la comida española me gusta todo. Donde se ponga un buen plato de jamón, que se quite todo lo demás. Pero también los garbanzos, las lentejas... ¿Y que me dices de un buen gazpacho? En cuanto a los toros, lo siento, pero no me gustan.

--¿Es cierto que la española, cuando besa, besa de verdad?

--Dímelo a mí, que ya tengo un hijo. Ja, ja, ja... Yo estoy encantado con la española que me ha tocado. He tenido mucha suerte.

--¿Y no echa nada de menos?

--Claro que sí. Echo de menos a mis padres, a mi familia de Ucrania. Mi padre no puede venir tantas veces como me gustaría. Pero nosotros vamos allí al menos una vez al año y así se lleva mucho mejor la ausencia.

--Y de vuelta a la cocina...

--No, no echo de menos la comida ucraniana. Mi mujer y yo cocinamos platos de allí muy a menudo. Y en ella tiene más mérito.

--Habrá que decir algo sobre el tenis de mesa, ¿no le parece?

--Di que daremos la sorpresa.