Además de España, otros seis países europeos se encontraban anoche en alerta por un nuevo temporal: Francia, Reino Unido, Irlanda, Noruega, Alemania y Portugal. Según la Organización Meteorológica Mundial, se esperaban vientos de 100 kilómetros por hora y olas de nueve metros.

En la costa atlántica francesa, el mal tiempo --con ráfagas de hasta 155 kilómetros por hora-- se ha cobrado ya tres vidas. Una mujer de 58 años murió al caer un árbol encima de su coche y dos hombres --uno de 42 años y otro de 26-- fallecieron ahogados tras ser arrastrados por una ola. Además del mercante que el lunes de madrugada quedó varado en la arena de la playa de Sables d´Olonne, al oeste del país, una embarcación naufragó horas después cuando se dirigía a la isla de Guernesey para guarecerse. Los cinco tripulantes fueron rescatados con vida. Los bomberos han realizado unas 700 salidas a causa de la inundación de numerosas viviendas.

Los británicos están sufriendo las consecuencias del mal tiempo desde el domingo, por una combinación de tormentas, rachas huracanadas de hasta 130 kilómetros por hora y mareas excepcionalmente altas. En las zonas más afectadas de Inglaterra y Gales, 30.000 hogares se han quedado sin suministro eléctrico, se han producido cortes e inundaciones de carreteras y han sido cancelados decenas de vuelos en Heathrow y Gatwick.

El puerto de Dover, en el canal de la Mancha, ha sido cerrado y los ferris han dejado de circular en varias ocasiones entre la localidad inglesa y el puerto francés de Calais. Desde el domingo, el servicio marítimo entre Portsmouth y Bilbao ha sufrido cancelaciones. Olas gigantescas han abatido las costas del sur de Inglaterra y, según la Agencia del Medio Ambiente británica, existe peligro de inundación en 39 puntos del país.