Londres y París, las dos capitales europeas ejemplo de modernidad y eficacia en sus servicios públicos, se despertaron ayer sobresaltadas por un fenómeno muy parecido al que colapsó Madrid el pasado 9 de enero. Una intensa nevada paralizó la actividad de ambas ciudades. Hasta el mítico tube, el metro de la capital británica, perdió durante horas varias de sus líneas. Y Heathrow, su principal y emblemático aeropuerto, se vio obligado a cerrar más horas que Barajas durante la jornada del caos madrileño.

El nuevo temporal de nieve y frío que azota Europa --el enésimo de este rigurosísimo invierno-- descargó también sobre las autoridades británicas en forma de críticas a la gestión de los servicios públicos y las infraestructuras, pero ha venido a ofrecer un respiro a las españolas. Si la noche del domingo resurgieron los reproches por el corte de dos accesos vitales a Madrid debido a otra nevada imprevista, el espejo europeo devolvió ayer una imagen mejorada de la eficacia de los servicios de emergencia españoles. Según la Agencia Española de Meteorología la intensidad de las nevadas --la de Madrid el día 9 y las de ayer en Londres y París-- fueron similares. Y los efectos mucho peores en estas últimas.

El Reino Unido es desde ayer un país semiparalizado por la peor ola de frío de los últimos 18 años. La nieve provocó el caos en carreteras, la suspensión de numerosos servicios ferroviarios y la cancelación de cientos de vuelos en los aeropuertos de Londres, Newcastle, Glasgow, Edimburgo y Aberdeen.

El aeródromo londinense de Heathrow, que cerró varias horas, fue el más afectado, con 650 vuelos cancelados hasta bien entrada la tarde y sin la certeza de que los servicios transoceánicos de la noche pudieran despegar. Harán falta varios días para que la circulación área vuelva a la normalidad.

Uno de cada cinco empleados no acudió ayer a su puesto de trabajo, las pérdidas para las empresas suman 1.300 millones de euros. Los servicios metereológicos hablan de nuevas e importantes tormentas de nieve para hoy y una bajada de las temperaturas.

Un situación parecida vivió ayer París, que amaneció cubierta de un manto blanco por segunda vez en menos de un mes. La otra cara de la imagen idílica se tradujo en colas de más de 200 kilómetros en los accesos y en las anulaciones y retrasos de hasta tres horas en los aeropuertos, además de un tráfico ferroviario muy alterado. La nevada fue tan intensa que, durante unas horas, el perfil de la torre Eiffel quedó desdibujado. El temporal se extendió por todo el norte del país, afectando a 27 departamentos.

Italia, especialmente el norte, sufrió ayer también los rigores del temporal, que el domingo ya costó la vida a tres personas. Las regiones que registraron nevadas más importantes fueron las de Lombardía, Piamonte y Liguria, pero el mal tiempo también afectó a Sicilia. Más de 800 kilómetros de autopistas del país se vieron afectados por las fuertes nevadas y cientos de vuelos fueron cancelados.

Pero el azote meteorológico no solo está castigando a Europa. Las lluvias torrenciales, acompañadas de fuertes vientos y de importantes nevadas en el Atlas, golpean el norte y el centro de Marruecos desde hace varios días y, según las previsiones, el tiempo no mejorará hasta el próximo fin de semana.