Una médica residente de la Fundación Jiménez Díaz de Madrid enajenada por un trastorno mental transitorio mató ayer a dos personas y provocó heridas a otras seis con un cuchillo de 15 centímetros. Tras aterrorizar a los médicos y pacientes que estaban en ese momento en la tercera planta, un celador consiguió reducir a la agresora, que fue sedada e ingresada en la unidad de Psiquiatría bajo custodia policial.

La gerencia del hospital confirmó que la residente, Noelia M. N., de 31 años, había sufrido con anterioridad "depresiones pasajeras". Sin embargo, el novio de una de las víctimas mortales --también una médica-- fue más contundente: "Estaba enferma. Tenía esquizofrenia. Hacía cosas muy raras como reírse sola o escribir en un ordenador apagado. Mi novia tenía miedo por lo que les pudiera ocurrir a los pacientes".

EN UNA REUNION

El suceso tuvo lugar a las 14.30 horas. A esa hora, Noelia M. N. --una residente de tercer año de Reumatología-- estaba reunida con otros colegas en una sala de la planta de Medicina Interna. Por causas que todavía se desconocen, sacó un cuchillo de unos 15 centímetros y asestó varias puñaladas mortales a su compañera de especialidad, Leila E. O., de 27 años.

La agresora se zafó de sus colegas, que la intentaron detener, y salió corriendo al pasillo. A continuación, víctima de un "brote psicótico agudo", según fuentes hospitalarias, atacó a todo el que se cruzó en su camino a pesar de que el personal sanitario le tiró objetos contundentes para reducirla.

Una enferma que estaba ingresada en el hospital recibió cuatro puñaladas en el tórax. Fue operada, pero los médicos no pudieron hacer nada por salvar su vida. Una auxiliar de 31 años y el marido de una paciente, de 75, continuaban anoche en estado muy grave. El hombre tiene rota la aorta y, además, una herida en el abdomen, según confirmó el director médico del centro, Manuel Oya. La auxiliar, que se encuentra en estado crítico, fue apuñalada en el pecho y el estómago.

Dos enfermeras, una de las cuales había bajado a socorrer a las víctimas tras escuchar los gritos, también fueron agredidas por Noelia. Ingresaron en la UCI, aunque los médicos no temen por su vida. Otro residente fue atendido después de sufrir heridas en el cuello.

Fuentes del centro sanitario explicaron que un celador puso la zancadilla a la residente, que finalmente cayó al suelo y pudo ser reducida.

El profesor Oya confirmó que Noelia había padecido "depresiones pasajeras", pero añadió que los "brotes psicóticos" son "impredecibles".

Sin embargo, el novio de la médica muerta, Fernando Alberca, arremetió contra la dirección de la Jiménez Díaz por no haber hecho nada para evitar la tragedia. Muy nervioso, explicó que su novia y sus compañeras de Reumatología "estaban muy preocupadas por cómo trataba a los pacientes.