Un médico jubilado de 67 años mató ayer en Zaragoza a su madre nonagenaria y a su esposa, de 68 y enferma de alzhéimer, antes de suicidarse tirándose desde la ventana de su domicilio. Los hechos, cuya exacta cronología todavía no ha podido establecerse, ocurrieron por la mañana y en dos lugares distintos: en el Coso y en la urbanización Viñedo Viejo, en el barrio de Casablanca. No constan denuncias previas por malos tratos en ninguno de ambos casos.

La Policía Nacional fue avisada sobre las ocho de la mañana. Un comunicante informó de que una persona se había arrojado a la calle desde una ventana de un cuarto piso, en el patio interior de la urbanización Viñedo Viejo. Se trataba del supuesto agresor, Luis Antonio Lasala Mainar, quien falleció poco después de la llegada de los servicios sanitarios.

Los agentes entraron en la vivienda, que tenía las llaves colocadas por fuera y una nota en la que se leía He matado a Lola. Llamad a la Policía. En el interior, recostada en una cama, encontraron el cadáver de su esposa, María Dolores Mínguez Herrero, a la que había clavado un punzón en la nuca, además de hacerle varios cortes en la misma zona de la cabeza.

En la terraza contigua, los policías encontraron un cuchillo y unas tijeras manchadas de sangre, así como una silla empleada por el autor para saltar al vacío. Asimismo, hallaron una nota o carta en la que el autor del hecho daba detalles de ambos crímenes. Al parecer, el primer asesinato se había cometido unas seis horas antes de que el hombre se quitara la vida, según fuentes consultadas por este medio.

LA ANCIANA VIVÍA SOLA / El presunto asesino mató a su madre, de 92 años, de la misma manera. El Grupo de Homicidios entró en el domicilio de la anciana, situado en el número 179 del Coso zaragozano, en torno a mediodía, y halló el cuerpo sin vida de María Mainar.

La nonagenaria vivía sola, según informaron los vecinos, que mostraron su extrañeza e incredulidad ante el brutal suceso. «Tenía una asistenta del ayuntamiento que le hacía las cosas y veíamos que el hijo venía también a ayudarla», relató una residente que indicó, asimismo, que el agresor tiene un hermano que se quedó tetrapléjico a raíz de un accidente escalando una montaña y que vive en una residencia en la capital aragonesa.

En cuanto a la esposa, se había jubilado hacía unos dos años, tras haber trabajado como pediatra en el centro de salud de Casablanca, situado muy cerca de su domicilio, a unos 100 metros, según expresaron varios residentes en Viñedo Viejo. Quienes la conocían destacaron ayer su «excelente trabajo profesional como pediatra» y su simpatía personal. «Era muy aficionada al excursionismo», dijo el padre de dos jóvenes que la tuvieron de médico.

«Ella sufría de alzhéimer desde no hace mucho y su estado había empeorado muy deprisa», manifestó Tomás, un jubilado que conocía al matrimonio. «Él era médico de familia, y llevaba varios años jubilado», añadió.

26 MUERTES DESDE EL 2003 / El asunto, que será investigado por el Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 1 de Zaragoza, girará en gran medida en torno a los resultados de las autopsias, que deben determinar las circunstancias de las muertes, desde el día y la hora hasta la forma en que estas se produjeron.

La noticia del doble crimen corrió como la pólvora ayer por Zaragoza y en todas las instituciones se emitieron comunicados de condena de lo que se considera un nuevo caso de violencia machista o sexista, el segundo del año en Aragón, comunidad que ha registrado 26 muertes violentas por la misma causa desde el año 2003.

La delegada del Gobierno, Carmen Sánchez, que convocó una manifestación contra la violencia de género a las 20.00 horas en la plaza de España, mostró su «rechazo absoluto» al doble crimen. «No son números, sino nombres», lo que hay detrás de cada episodio, afirmó.