La organización Médicos sin Fronteras (MSF) halló entre el pasado viernes 31 de octubre y el domingo en la costa de Yemen los cadáveres de 60 refugiados somalís y etíopes que habían intentado alcanzar ese país en barco huyendo de la guerra y las condiciones de extrema pobreza de sus lugares de origen.

Algunos de ellos fueron obligados a lanzarse al mar desde un barco de traficantes que los embarcó en la ciudad portuaria de Bosasso (Somalia), según informó en Barcelona la sección española de la organización humanitaria.

Uno de los supervivientes explicó al equipo de MSF que, cuando se encontraban cerca de la costa de Yemen, "los traficantes vieron unas luces en tierra, temían ser vistos por los guardacostas, y nos obligaron a lanzarnos al mar, a pesar de que el agua era muy profunda. Varias personas no sabían nadar y se ahogaron".